ALOMAR CONTRA EL PARTIDO SOCIALISTA


El Día” correspondiente al miércoles último inserta un artículo de don Gabriel Alomar en el que el insigne escritor, tan estimado de los socialistas, hace una critica terrible de la actuación del partido obrero español, acusándole con tanta maestría como severidad de haberse desviado de su órbita moral y democrática prestando colaboración al Directorio militar.

Alomar confiesa que escribió el artículo dolorido y vacilante, pero que lo hizo en servicio del ideal mismo al que, según su opinión, se ha faltado, y para descargarse un gran peso que le sofocaba: la posible responsabilidad del silencio.

¿Habrá tenido en cuenta Alomar si al descargar el peso de una posible responsabilidad de silencio podía contraer otra mayor y más probable: la de ahondar discordias ya iniciadas en el seno del partido socialista y alimentar disensiones que en los actuales momentos serían más catastróficas que nunca, no sólo para el socialismo, sino para el porvenir político y social de España? ¿Pensó Alomar en el alcance que podía tener su artículo después de la actitud, ya por él conocida, de Prieto? ¿No imaginó si dada su autoridad intelectual y moral la argumentación de su artículo podía servir de metralla y parapeto a ese ejército de lacayos de la reacción española que no tiene ya ningún enemigo serio más que el partido socialista y la Unión General de Trabajadores?

Las vacilaciones de que nos habla Alomar al principio de su escrito indican que a un tiempo debió preocupar su conciencia el sentimiento de dos responsabilidades: la del silencio y la de la acusación. Esta última pesó más y Alomar quiso sacudírsela, sin duda creyendo que así servia mejor al ideal socialista en nombre del cual dice que acusa; pero yo creo que a quien ha prestado un gran servicio ha sido a los enemigos de ese ideal aún persiguiendo el fin contrario.

Alomar no tiene ante nadie ninguna responsabilidad de la conducta que observen el partido socialista o sus hombres, por la sencilla razón de que no es militante, no está afiliado a él. Por consiguiente, bajo este punto de vista, no había por que romper el silencio, no había peso de responsabilidad. El Sr. Alomar es uno de tantos socialistas sentimentales, de espíritu, que andan sueltos sin organización ni disciplina[1] y por consiguiente sin responsabilidad de representación orgánica Es un socialista paradisíaco, de los que viven en las más altas y puras regiones del ideal, pero olvidando con frecuencia que el socialismo a más de un ideal es una organización humana que se desenvuelve a ras de tierra y en un ambiente lleno de abrojos y malezas. De ahí su rectitud y su intransigencia absoluta en todo lo que no responda a la concepción de máxima virtud ideológica.

Bien sé yo que cualquier ciudadano aún cuando no sea un militante socialista tiene perfectísimo derecho a criticar la conducta de este partido y de sus hombres y que aún puede sentir las mismas emociones de dignidad del ideal y si requiere más intensas que los afiliados, pero sabiendo como sabia el señor Alomar que por motivos de la dimisión de Indalecio Prieto el asunto que trata en su artículo ha de ser objeto de un fallo del Comité Nacional del Partido Socialista y después por un Congreso, ¿qué perdía el escritor mallorquín suspendiendo la publicación de sus juicios hasta conocer aquel fallo? ¿No habría podido dejar que fuesen los antisocialistas los que censurasen unos hechos que por ahora sólo alcanza su responsabilidad, si la hay, a una Comisión, no a todo el Partido? No creo que al señor Alomar pudiera pesarle nada más que el propio dolor de estos hechos dejando sus juicios a resultas de la resolución definitiva del Partido Socialista. Todos sus escrúpulos podían salvarse tras de esa trinchera. Ahora, en cambio, habrá que atrincherarse contra los que tomarán el nombre y la argumentación de Alomar como cañones de grueso calibre para arrasarnos. Lo lamentable será eso, que persiguiendo un fin de dignificación del ideal inconscientemente se haya encendido una guerra contra éste. ¡Esto si que ha de ser doloroso!

Confieso que el contenido del artículo de Alomar se clavó en mi alma como si fuera dardo envenenado, no porque creyera indestructible el fundamento de su crítica, sino por la calidad del que la hacia, por el valor intelectual, moral y político de su autor, cuya influencia en el ambiente democrático de España es difícil de contrarrestar, máxime después del gesto, conocido ya, de Indalecio Prieto.

En cuanto a las acusaciones y cargos que en el artículo de referencia se hacen contra el partido socialista, espero que plumas más competentes que la mía las recogerán y contestarán adecuadamente en “El Socialista” de Madrid, aparte de que sobre el mismo asunto ha publicada ya una extensa nota la Comisión Ejecutiva y la cual se reproduce en otro lugar de este número, y sin perjuicio también de que nosotros expongamos nuestra opinión personal en el próximo número. 

Lorenzo Bisbal


[1] El señor Alomar pertenece actualmente a un partido socialista catalán, más catalán que socialista en mi concepto, cuyas normas de organización y disciplina son desconocidas aún.

 

EL OBRERO BALEAR nº 1178

7 de noviembre de 1924


Julio Anguita: testimonio de coherencia y honestidad política

En un contexto de dolor y sufrimiento vinculado a los terribles efectos de la pandemia del coronavirus, hemos recibido la dolorosa noticia de la muerte del que fuera dirigente del PCE y Coordinador General de Izquierda UnidaJulio Anguita.

Su larga trayectoria de compromiso político se inicia en 1972 con su militancia comunista en el PCE de Córdoba, ciudad en la que ha residido la mayor parte de su vida y de la que fue elegido alcalde en las primeras elecciones democráticas celebradas tras la dictadura franquista, mandato que renovaría en sucesivas convocatorias electorales (1977-1986).



De ahí pasó a desempeñar el cargo de Secretario General del PCE (1988-1998) sustituyendo al también dirigente Gerardo Iglesias. Fue candidato comunista por primera vez al gobierno de España en las elecciones de 1989. En 1990 fue reelegido coordinador general de IU y diputado en el Parlamento español en tres ocasiones. Fue nuevamente candidato a la presidencia del Gobierno en 1993; renovó como diputado y por cuarta vez como coordinador general de IU y en la Secretaría del PCE. En mayo de 1993, durante la campaña electoral, sufrió un infarto en Barcelona. En 1996 volvió a presentarse a las elecciones generales. IU llegó a ser la tercera fuerza en el Congreso con 21 escaños, con más de dos millones y medio de votos.

Tras abandonar la primera línea de militancia orgánica nunca dejó su compromiso con la sociedad a través de su activismo muy vinculado a la reivindicación republicana y, en los últimos tiempos, su prematuro y eficaz empeño en lograr el entendimiento entre IU y Podemos.

Julio Anguita nos ha legado un testimonio de gran valor político. ético y personal que trasciende más allá de su ideario: la honestidad política hecha patente a través de su compromiso con la sociedad, su coherencia y su constante espíritu crítico. 

Su figura dignifica la función política en unos tiempos de desprestigio de lo político fruto del oportunismo y la corrupción.

Su ejemplo siempre será un acicate que ayudará a ejemplarizar que no todos los políticos son iguales y que la persistencia apasionada en sus ideales de igualdad y fraternidad anidan en buena parte de la sociedad que no se resigna ante la injusticia y la desigualdad. 

Ignasi Ribes Garau, Manolo Cámara Fernandez, Antoni Ma. Thomas i Pep Vílchez Carreras

EL CENTENARI DE LA REVOLUCIÓ D’OCTUBRE


Dies abans de l’esclat de la Primera Guerra Mundial , el 31 de juliol de 1914, moria assassinat el líder socialista francès Jean Jaurès a mans d’un militant de extrema dreta, membre de Action Française . Com molts socialistes, Jaurès s’havia oposat fermament a la guerra.
Assassinat de Jean Jaurès, reconstrucció de 1919
Un cop esclatada la conflagració, una part significativa del socialisme europeu s’oposà  a l’enfrontament entre els pobles i clamà contra una guerra imperialista front la qual mantingueren la proposta de convertir-la en revolució. Així pensava la denominada esquerra zimmerlaviana – referida a la Conferència de la Internacional Socialista reunida a la ciutats suïsses de Zimmerwald, el setembre de 1915 i  Kienthal a l'abril 1916.  

Alguns delegats a la Conferència de Zimmerwaldd, al centre Lev Trotski, a la seva esquerra Karl Radek.
Adscrits a aquesta corrent hi havia dirigents russos d'esquerra socialista com ara Lenin, Zinóviev o Trotski. La majoria dels partits socialistes europeus donaren suport als seus respectius governs, ja sia votant a favor dels crèdits de guerra en els parlaments de França i Alemanya o amb la participació directa en el govern com fou el cas del Partit Laborista britànica. La temuda guerra resultà una tràgica matança de milions de persones i va causar la misèria de les multituds. L’any 1917 s’entrà en el tercer any de la denominada Gran Guerra. El patiment de les tropes i de la població civil dels països bel·ligerants arribà a un límits insuportables. Es generalitzaven els motins de soldats i a la rereguarda les vagues i protestes dels obrers. El malestar dels pagesos i una profunda crisis de subsistències provocà fam i misèria a les ciutats.
Manifestació contra la manca de subsistències poc abans de la Revolució
Aquestes constants tingueren efectes catastròfics per al gran Imperi del tsars de Rússia on Nicolau II, rodejat d’una camarilla inepta governava un immens territori. El desenvolupament econòmic era molt desigual amb una incipient presència industrial concentrada a les gran ciutats – especialment a San Petesburg i Moscou- i una situació semi-feudal que afectava els camperols a amples zones del país.
El tsar Nicolau II i el seu fill, el tsarevitx, porten uniforme
d'oficial cosac. La tsarina està al costat del tsar.
Les derrotes de l’ineficient exercit rus provocaren una forta desestabilització en els fronts de combat la qual cosa, combinada amb les greus penúries de les ciutats i el camp, provocà la caiguda del tsar a partir d’un fort moviment de protesta que s’inicià a la ciutat de Sant Petesburg. 
Soldats russos es rendeixen a la Batalla de Tannenberg
La rebel·lió possibilità el renaixement de les organitzacions de participació popular sorgides en la revolució russa de 1905. Així, ressorgia el Soviet de la ciutat de Petrograd, nova denominació que adoptà la capital bàltica. 

Assemblea a la fàbrica Putilov de Petrograd
Paral·lelament, s’instaurà un Govern Provisional gestionat majoritàriament per la dreta liberal amb el recolzament dels socialistes del Partit Socialdemòcrata Rus (menxevic) i del Partit Social-revolucionari. El príncep Lvov fou el nou cap del govern i Kérenski, oficiosament representant en el govern dels socialistes col·laboracionistes, ministre de Justícia. S’inicià un procés que es caracteritzà per l’existència d’una dualitat de poders: el Govern Provisional i els soviets. De fet el control de la situació estava en bona part a l’àmbit dels soviets, on el socialistes moderats hi tenien, aleshores, la majoria de la representació.

1917, reunió del Soviet de Petesburg
Aquesta dualitat de poders caracteritzat per un govern conformat per el sectors de la burgesia liberal amb el suport dels socialistes moderats dels soviets, no va poder aguantar les tensions que provocaren las continuació de la guerra. El fracàs de la “ofensiva Kérenski”, el qual havia estat anomenat Primer Ministre i comandant en cap, agreujà la situació i provocà una forta mobilització d’obrers, soldats i camperols.

Kérenski,l maig de 1917
El darrer Govern Provisional


L’abril de 1917 Lenin arribà a Finlàndia procedent de Suïssa mitjançant un vagó segellat que travessà el territori alemany. L’històric dirigent bolxevic, des del primer moment, defensà la necessitat d’impulsar la revolució demanant els traspàs de tot el poder als soviets i la finalització de la guerra. El mes següent arribà Trotski, procedent de Nova York. desprès de passar per molts d'ostàcles. Les consignes de la Revolució Russa ¡Tot el poder als soviets! i ¡Pau, pa i terra! es feren efectives l’octubre de 1917 en la presa del poder pels bolxevics que instauraren el poder soviètic, començant una històrica i contradictòria experiència de transformació política i social.

Lenin i Trotski, els líders de la Revolució Russa de 1917

Els successos que continuaren un cop pres el poder no foren gens propicis a la realització de l’ideari revolucionari. El març de 1918 la Rússia revolucionària signava amb les Potències Centrals el Tractat de Brest-Litovsk finalitzant la confrontació bèl·lica a costa de la cessió d’amples territoris. La desitjada revolució europea fou contundentment ofegada un cop finalitzada la guerra. A Alemanya – la revolta fou contundentment ofegada i foren assassinats els dirigents espartaquistes Rosa Luxemburg i KarlLiebknecht. Amb la derrota de la República Soviètica de Baviera i la curta experiència del govern revolucionari de Béla Kun a Hongria l’expectativa revolucionària perdé la perspectiva de la seva expansió. La contrarevolució es posà en marxa als territoris russos provocant una sagnant guerra civil on intervingueren les potencies guanyadores de la guerra.

Rosa Luxemburg i Karl Liebknecht, fundadors de la Lliga Espartaquista i del Partit Comunista d'Alemanya.
Delegació soviètica a Brest-Litovsk. Asseguts, des de l'esquerra: Lev V.Kamenev, Adolff A. Joffe, Anastasia A. Bitzenko. VV Lipskiy, P. Stučka, Lev D.Trotsky, Lev M.Karakhan.

La Revolució restà aïllada i combatuda. Rússia no fou l’espurna que animaria la revolució europea en la perspectiva de la revolta mundial. S’obria així un llarg camí on desprès de continues confrontacions entre els líders bolxevics s’obrí pas l’heterodoxa posició de construir el socialisme a un sol país que derivà cap un procés d’industrialització i col·lectivització forçosa  en un context de dictadura del partit comunista -hereu del bolxevics- que provocà el sorgiment del poder repressiu de l’estalinisme.



D'esquerra a dreta: Rýkov, Bukharin, Kalinin, Uglanov, Stalin i Tomsky
a la tomba de Lenin a Moscou en 1927 al desè aniversari de la Revolució Russa 

Amb tot, la Revolució d’Octubre obrí un raig d’esperança entre les treballadores i treballadors del món; la possibilitat de construir una societat millor sense explotadors ni explotats prenia cos. En commemorar els 100 anys d’aquet transcendental esdeveniment, els nombrosos actes, congressos, conferències, projeccions cinematogràfiques, exposicions i una destacada activitat editorial posen en evidència la importància d’aquesta fita sense la comprensió de la qual es impossible entendre la historia del segle XX i molts dels elements que conformen, encara avui, la realitat del món que ens ha tocat viure.

Pep Vílchez
Historiador
02/12/2017

Article publicat a la revista "Unitat" desembre/2017
htps://issuu.com/marcospinazzola/docs/unitat_diciembre_2017_final
http://www.ib.ccoo.es/webbaleares/

¿Quién teme a David Abril?





Recién comenzadas las necesarias negociaciones entre los partidos políticos que poseen la suma mayoritaria de votos tras las elecciones autonómicas y municipales en las Baleares, las pitonisas malévolas ya han comenzado a vaticinar la catástrofe. Lo dicen sin ni siquiera contemplar el análisis de los programas políticos que se discuten, y que son los que contienen las propuestas e intenciones políticas que verdaderamente interesa enjuiciar. Nada, escándalo y traca. 


La utilización perversa del lenguaje inunda el panorama: desde el “hemos ganado” o “nos los han robado” de los populares; hasta el ridículo parecer de algunos articulistas que han tildado al diputado autonómico David Abril de “Lenin”; y hasta otro escribidor de pluma “afilada” que ha rematado: ¡¡Lenin de clase B!!



Vamos, todo un aquelarre digno de los orcos de Intereconomía o de los hooligans de alguna cadena televisiva local donde se permite y fomenta el insulto y la palabra soez de manera banal. 



Pero la realidad es que los agoreros saben, o deberían saber, que sobre la mesa de negociaciones tripartita de la izquierda existen dos elementos de futuro fundamentales: un programa de realizaciones concretas, y una exigencia ineludible de regeneración democrática y de lucha implacable contra la corrupción. 



La izquierda balear ha cosechado un triunfo electoral sin precedentes y sin condicionamientos espurios. Pongamos como ejemplo más significativo el reparto de los apoyos electorales a través de los resultados al Parlament Balear. El PSIB recoge 81.073 votos y PODEMOS y MÉS 62.629 y 59.069, respectivamente, siendo legítimo sumar a este ultimo partido los votos de MÉS per Menorca, que aporta 6. 568 a cuenta de la propuesta global MÉS. La suma de votos éstas últimas tres fuerzas da el resultado de 128.266 votos de izquierda, que no son del PSOE. Y, por si fuera poco, esta suma es superior a los votos recogidos por el Partido Popular (121.981). 



Bien, al razonamiento anterior debe ser matizado, aunque no anulado. Matizado porque PODEMOS y MÉS no son la misma fuerza, tienen diferencias. Pero ambas formaciones recogen el sentir de buena parte del electorado, y, sobre todo, recogen una voluntad política expresada en las urnas que desea un programa específico y un profundo deseo de regeneración democrática. Y en estos aspectos, si miramos los programas, efectivamente las propuestas más significativas de PODEMOS y MÉS coinciden casi como dos gotas de agua en numerosos aspectos. 



Y es esa coincidencia política la que da legitimidad a ambas formaciones para que piloten el devenir político próximo en aquellas instituciones donde el respaldo electoral recibido se lo permita. 



Y, aquellos que han sufrido pérdida de votos y desprestigio, por su actuación ante la crisis y por efecto de la corrupción, deben saber ahora asumir su papel, que no es otro que el de apoyar a aquellos a los que la voluntad política de los ciudadanos ha respaldado posibilitando que ambas formaciones conjuguen conjuntamente el devenir político de esta comunidad. 



En estas circunstancias, los que infunden exageradas filípicas contra la persona que da nombre al encabezamiento de éste escrito y lo que representa deben saber que el protagonismo político de éste está sustentado por dos fuerzas políticas que, conjuntamente, han cosechado la mayoría de votos de cambio de estas islas. 



En realidad, pues, no es difícil deducir que, a quien realmente temen los interesadamente inquietos, es a la voluntad política de los ciudadanos que, con su voto, han expresado la necesidad de un cambio radical de fondo y de formas en la política balear.


Pep Vílchez / 04/05/2015

Publicat a EL PERISCOPI
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Ahir, Joan Riera (UH) publicaba un article titulat “David Abril es la columna de la negociación para formar Govern” ( http://goo.gl/WJ1XRv ) en part, aquesta visió ha provocat un article meu publicat avui al Periscopi titulat ¿Quien teme a David Abril? (http://goo.gl/C0QYbI ), avui també, Joan Riera publica un altre article titulat "Biel Barceló y la sombra del doctor Negrín" ( http://goo.gl/gyLTRz ), allà on falsejant la figura de Juan Negrín de manera, diguem “poc fonamentada”, compara amb Biel Barceló amb el que fou cap del Govern de la Republica des de 1937 a 1939. Fa ja un cert temps, en complir el 50 aniversari de la mort de Juan Negrin, vaig publicar un article a DM que precisament es titulava "La sombra del Doctor Negrin” ( http://goo.gl/T2Tg3x ) el qual suggeriria a Riera que tornes a llegir amb molta atenció.
Així i tot cal dir que les "opinions" referides a Juan Negrín expresades per Joan Riera (UH) están més aprop de Pio Moa i César Vidal que no de reputats historiadors com Gabriel Jackson, Enrique Moradielos, Ricardo Mirralles o Paul Preston .. en fi, l'ofuscació crea afinitats diabòliques.

Pep Vílchez

Turisme, medi ambient i patrimoni
La construcció d'un país digne, social i culturalment estructurat, és un objectiu que, ben bé, pot compartir una àmplia majoria de ciutadans d'aquestes illes. És de sentit comú i amb això ens juguem bona part del nostre futur.

Emperò els obstacles que fins ara s'han oposat en aquesta estratègia han estat tossuts i, alhora, altament nocius, especialment a l'àmbit de la destrossa del territori, fet incentivat per l'especulació i la corrupció de la mà de promotors i constructores amb la complicitat del poder polític, especialment del Partit Popular. Una part significativa del sector hoteler empresarial, no n'és aliè a la destrossa.

Comença a ser hora que el sector turístic empresarial prengui consciència definitiva que el creixement territorial de la planta hotelera està pràcticament esgotat i que l'augment dels seus legítims beneficis només pot créixer mitjançant una oferta turística amb més valor afegit, de qualitat i més respectuosa amb el medi ambient i el patrimoni paisatgístic i cultural.

Comença a ser hora, també, que els sectors implicats, hotelers, tours operadors, etc. ajudin a fer que finalitzin situacions poc atractives per un turisme de qualitat, i això vol dir que no continuí embrutint-se la imatge de Mallorca per les males pràctiques realitzades en alguns indrets de l'illa.

I d'això, d'aquest necessari redreçament, ens podem beneficiar tots, perquè la nostra natura i els paisatges de les illes, que són dels ciutadans, de tots, són un valor de gran atractiu que es pot compartir amb la gent d'altres indrets que ens visita i que ens possibilita anar més enllà que l'esquemàtic sol i platja.

Amb l'hospitalitat natural que ens pertoca i amb una oferta de qualitat, professionalitat i estabilitat, allargant els períodes d'ocupació i dignificant la vida laboral dels treballadors del sector, podem continuar generant riquesa els fruit de la qual sigui en benefici dels empresaris, inversors i treballadors directament implicats i de la resta de la població.

És útil i necessari que les institucions dediquin esforç en el manteniment dels nostres valors naturals, culturals i patrimonials. I, per això, cali invertir, en benefici del medi ambient i d'una harmoniosa utilització del territori. Els nostres visitants haurien, doncs, de col·laborar amb una aportació més simbòlica que real, emperò suficient per invertir la recaptació en benefici d'objectius mediambientals i, perquè no, també de caràcter social.

Així, el sector turístic hauria d'esser el primer interessat amb què el “conservadorisme” adjudicat a l'esquerra, en relació amb el medi ambient i el patrimoni, fos una idea compartida per tots i en benefici dels habitants de cadascuna de les illes i també de la diversificació de l'oferta integral turística que així caminaria cap a índex de més qualitat i, per tant, cap a una indústria més competitiva.

Fets recents com la mala imatge de Punta Balena a Magaluf, la corrupció policial a la Platja de Palma o, en l'àmbit patrimonial, la destrucció de valors arquitectònics que s'exemplifica en la pèrfida demolició de Can Bibiloni, edifici obra del prestigiós arquitecte mallorquí Gaspar Bennàssar, són realitats que, recentment, ens han indicat que les coses no van com haurien d'anar, que no podem continuar per aquest camí i, això, ho sap tothom. Caldrà, doncs, posar fill a l'agulla i redreçar la nau per evitar allò que emboira la bona imatge que fa atractiva les illes com a destí turístic preferent.

Les circumstàncies que emplenen de desgràcia i desestabilització altres indrets, potencialment competitius, especialment a la Mediterrània oriental, reforcen l'afluència de turistes i l'arribada de creuers. Això no serà sempre així. Ara caldria aprofitar l'avinentesa per millorar la nostra oferta turística i, alhora, amb el concurs de les institucions, diversificar les fons de creació de riquesa fomentant i incentivant la promoció d'altres activitats que de manera rendible rompin el monocultiu turístic generant altres fons d'activitats orientades cap a un tipus de producció adequat a cadascuna de les nostres illes. Tot un repte en la realització del qual ningú hauria de quedar exclòs.

Pep Vílchez
Publicat EL PERISCOPI, 01/06/2015

POR UN CABEZA

No me voy a referir a la cabeza del “noble potrillo que justo en la raya afloja al llegar” según  reza  el conocido tango, musicado e interpretando por Carlos Gardel y con letra del inevitable Alfredo Le Pera. Tampoco haré referencia a la cabeza del asirio Holofernes, perdida por la perfidia de la judía Judith, quien después de embriagarlo, seccionó la testa del famoso general, de todo lo cual la Biblia da cumplida referencia. No. Ni éstas, ni la de Juan Bautista decapitado por orden de Herodes Antipas.

No, ya que deseo referirme a otra cabeza, en éste caso política: la de José María Rodríguez. La intención manifestada por C's de solicitar como condición de pacto con el PP el degüello político del viejo mastodonte, ha puesto en evidencia la firme intención de Pericay y los suyos de facilitar el acuerdo con los otros seguidores del insigne Pep Gonella hoy felizmente acogidos entre las filas populares donde pululan y controlan buena parte del cotarro.

Presto, la testa del dirigente local ha sido ofrecida a los leones en ritual público y bajo la férula del despiadado José Ramón Bauzá, quien, antes de entrar en lid electoral, con un simple movimiento del pulgar ha sentenciado al viejo gladiador de fondo.

Así se allana el camino hacia el acuerdo entre los de Bauzá y los Pericay, que, de cuajar, su repercusión inmediata bien podría ser la de abrir una confrontación de consecuencias incalculables, al utilizar la cuestión lingüística de modo irresponsable, generando una indeseable confrontación en el ámbito de la sociedad que afectaría a todas las islas. Me parece que éste es uno de los factores primordiales que explica la presencia del polémico personaje, casualmente procedente de Cataluña,  encabezando la lista de Ciudadanos al Parlament Balear.

En cualquier caso, tal vez, esta vez sí, sea el fin político del detestado muñidor, de aquel que poseyó el don de la ubicuidad en territorio de lo oculto, sí, allí donde los vampiros renacen. S·T·T·L

Pep Vílchez

Publicat el 12/05/2015 a EL PERISCOPI

A UN AÑO DE LA MUERTE DE ADOLFO SUÁREZ


“El paso de los siglos no borrará el eco de su nombre, unido siempre al recuerdo de una justicia social y un progreso como nunca antes conociera nuestra patria. Con él logró España ser una, grande y sobre todo libre de cualesquiera fuerzas extrañas a sus propios designios. La obra de Franco perdurará a través de las generaciones.
Adolfo Suárez (El Alcázar, 21 de novioembre de 1975)

Jerifaltes del régimen franquista, entre ellos el joven Adolfo Suárez, a su izquierda Rodolfo Martín Villa

Al iniciarse 1977 en todo el Estado español se vivía un clima de inquietud y movilización. Tras el fallecimiento del dictador Francisco Franco  las puertas de un futuro esperanzador quedaban abiertas pero no se vislumbraba el camino que había que recorrer y el coste político y humano que habría que pagar para introducir un sistema de libertades públicas e individuales aceptable.

Las fuerzas reformistas incrustadas en el aparato del Estado franquista se disponían a llevar a cabo una estrategia a través de la cual, en una primera fase, se elaboraría una Constitución y se pondrían las bases de un sistema cuyo antecedente inmediato era la Restauración canovista  fundamentada sobre la base de dos grandes partidos políticos, un sistema de alternancia bipartidista.

Inicialmente se procedió a la legalización de diversos partidos políticos como la Unión de Centro Democrático dando paso al Partido Socialista Obrero Español, imprescindible para obtener el beneplácito de las potentes socialdemocracias europeas y por tanto de las democracias occidentales.  La instauración de las fórmulas de gobierno democráticas era un imperativo histórico inaplazable tras la muerte del dictador.

 El entonces Presidente del gobierno, Adolfo Suárez González, hombre procedente de la estructura del Estado franquista en la cual había desempeñado importantes cargos –Procurador en las Cortes por Ávila (1967), Gobernador Civil de Segovia (1968), Director de Radio-Televisión Española (1969)- ocupando en 1975, de la mano de Herrero Tejedor, el puesto de subsecretario general del Movimiento y, al fallecimiento de éste, es nombrado   Ministro Secretario General del Movimiento en el gobierno de  Carlos Arias Navarro, tras el fallecimiento del general Franco,   datos que nos muestran una subida meteórica del delfín de Torcuato Fernández Miranda al cual se le atribuye la estrategia de la transición –en minúscula- de franquismo hacia un sistema formalmente  homologable a los cánones de los estados  de base democrática partiendo desde los presupuestos del propio sistema totalitario a través de la Ley de Reforma Política aprobada en un referéndum sin garantías democráticas en 1976.



Se saludan: Torcuato Fernandez Miranda y Adolfo Suárez González

Desde el control de buena parte del aparato político del sistema franquista,   denominado Movimiento Nacional, -eufemismo para denominar el fosilizado partido único del régimen-, en febrero de 1977, se procedió a la legalización del Partido Socialista Obrero de Español, el cual representaba el límite del juego político previsto. Así, las primeras elecciones tendrían carácter de constituyentes y, en consecuencia, la labor principal sería el de redactar y proponer una Constitución a partir de la cual se abriría al resto de fuerzas políticas excluidas del proceso constituyente entre las cuales se hallaba el Partido Comunista de España y el resto de formaciones a su izquierda.

La agudeza de Adolfo Suárez y los suyos fue el percatarse del hecho de que si se excluía al Partido Comunista de España del citado proceso éste quedaría fuertemente condicionado y, por lo tanto, las bases del nuevo sistema quedarían presumiblemente deterioradas al no gozar del consenso necesario y basarse en la exclusión de la organización política más relevante en el ámbito del antifranquismo, es decir, de la lucha por las libertades democráticas.

Efectivamente, la legalización del Partido Comunista de España un Sábado Santo de 1977 fue, en mi opinión, la clave de bóveda, la pieza que faltaba para que el paso para que la  democracia que había que constituir fuera homologable a nuestros vecinos inmediatos, en especial Francia e Italia donde el Partido Comunista estaba plenamente integrado en el sistema parlamentario y ese fue el acierto de Adolfo Suárez y el grupo que lo respaldaba. El PCE había situado cuatro grandes elementos imprescindibles para asumir un proceso mínimamente aceptable: Amnistía para los presos políticos, aceptación de las libertades básicas –derecho de expresión, asociación, reunión y manifestación- y la exigencia de un gobierno Provisional de amplia coalición que pilotara el proceso hacia la democracia de manera imparcial. Como es sabido ni hubo gobierno Provisional ni las condiciones democráticas de las primeras elecciones de 1977  tuvieron unas garantías aceptables que supusieran un itinerario imparcial sujeto a la igualdad de oportunidades de todos los participantes.



El PCE jugo fuerte para evitar su exclusión del proceso constituyente y poseía los instrumentos políticos para ello. Audazmente Santiago Carrillo se situó en el interior del país poniendo a los reformistas entre la espada y la pared. Desde el año anterior las movilizaciones políticas y sindicales, en un contexto de grave crisis económica agudizada por el inmovilismo del régimen dictatorial y de sus continuadores, convivían en un clima de tensión permanente con atentados terroristas de ETA, GRAPO y FRAP y con una extrema derecha sumamente agresiva que lleno de terror y sangre este espacio temporal.

Ya en enero de 1977 el asesinato a sangre fría del grupo de abogados laboralistas de Comisiones Obreras elevó el clima de tensión en el cual se celebraron los actos de despedida de los asesinatos en una muestra de contención, firmeza y capacidad organizativa donde el PCE mostró su fuerza y capacidad de control.

Asi, el PCE profundizó en su perfil de partido democrático y el 3 de marzo de 1977, a pocos días de la legalización del PCE, Santiago Carrillo se reunió en Madrid con los secretarios generales de los partidos comunistas de Italia y Francia, Enrico Berliguer y Georges Marchais donde se presentó, en líneas generales, lo que entonces se definió como “eurocomunismo”. Se trataba de evidenciar un alejamiento de las pautas de Moscú, reafirmando la condena a la invasión soviética de Checoslovaquia, afirmando su estrategia de cambio a través de un sistema pluripartidista y democrático subrayando el indisoluble lazo entre socialismo y libertad.

Enrico Berlinguer (PCI), Santiago Carrillo (PCE)y George Marchais (PCF) en Madrid con anterioridad a la legalización del PCE

Como tiempo después afirmara el propio Santiago Carrillo, “la izquierda, entonces, estaba en las cárceles, en el exilio y era perseguida y machacada y ya poco o nada tenía que perder. Aceptamos condiciones que no hubiéramos aceptado, probablemente, en un régimen sólido de libertades”.

La democracia, pues, abría su camino hacia un sistema duradero aunque no definitivo. Salir airosamente de una dictadura fundamentada sobre la base de una gran tragedia y de cuarenta años de ocultación, represión y calumnias no era tarea fácil y, desde luego, muy difícil hallar la armonía entrando en un sistema nítidamente democrático.

La Constitución de 1978 recoge el estado político de un momento determinado y expresa la dicotomía de las fuerzas en liza: los herederos del sistema franquista y la oposición democrática. Para unos era el mínimo aceptable y para otros el máximo. El tiempo ya se encargaría de corregir, a favor de la democracia, los desajustes hijos de una transición permanentemente chantajeada por los oscuros poderes fácticos.

Hoy, cuando son mayoría los actuales ciudadanos y ciudadanas que por edad no vivieron aquellos acontecimientos caen muchas recriminaciones al no haberse podido sustanciar unas reformas que, a todas luces, requieren de algo así como una nueva Transición donde deberían quedar esclarecido el modelo de Estado de manera democrática y sin tutelajes ni chantajes para dar cabida a los deseos soberanistas de las nacionalidades y determinar  la forma de Estado que debería proponerse en Referendum para oscultar explícitamente la voluntad popular entorno a la continuidad de la Monarquía o la conveniencia de la República como formas de estado.

La crisis económica que padecemos ha puesto en evidencia un alto grado de desafecto hacia un sistema que, si bien sirvió para salir de un régimen dictatorial, cada vez tiene menos que ver con un futuro nítidamente democrático donde las aspiraciones de los ciudadanos y de las diversas nacionalidades que existen en el interior del Estado español puedan decidir libremente su futuro y se eliminen aquellos aspectos que tutelan y condicionan el devenir democratico y la convivencia ciudadana y, entre ellos la existencia de una monarquía que no ha sido explicitamente refrendada y que contiene aspectos no democráticos como el poder militar que se otorga al monarca el cual debería estar exclusivamente en manos de los poderes emanados de la soberania popular: el parlamento y el gobierno surgido de éste.