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Julio Anguita: testimonio de coherencia y honestidad política

En un contexto de dolor y sufrimiento vinculado a los terribles efectos de la pandemia del coronavirus, hemos recibido la dolorosa noticia de la muerte del que fuera dirigente del PCE y Coordinador General de Izquierda UnidaJulio Anguita.

Su larga trayectoria de compromiso político se inicia en 1972 con su militancia comunista en el PCE de Córdoba, ciudad en la que ha residido la mayor parte de su vida y de la que fue elegido alcalde en las primeras elecciones democráticas celebradas tras la dictadura franquista, mandato que renovaría en sucesivas convocatorias electorales (1977-1986).



De ahí pasó a desempeñar el cargo de Secretario General del PCE (1988-1998) sustituyendo al también dirigente Gerardo Iglesias. Fue candidato comunista por primera vez al gobierno de España en las elecciones de 1989. En 1990 fue reelegido coordinador general de IU y diputado en el Parlamento español en tres ocasiones. Fue nuevamente candidato a la presidencia del Gobierno en 1993; renovó como diputado y por cuarta vez como coordinador general de IU y en la Secretaría del PCE. En mayo de 1993, durante la campaña electoral, sufrió un infarto en Barcelona. En 1996 volvió a presentarse a las elecciones generales. IU llegó a ser la tercera fuerza en el Congreso con 21 escaños, con más de dos millones y medio de votos.

Tras abandonar la primera línea de militancia orgánica nunca dejó su compromiso con la sociedad a través de su activismo muy vinculado a la reivindicación republicana y, en los últimos tiempos, su prematuro y eficaz empeño en lograr el entendimiento entre IU y Podemos.

Julio Anguita nos ha legado un testimonio de gran valor político. ético y personal que trasciende más allá de su ideario: la honestidad política hecha patente a través de su compromiso con la sociedad, su coherencia y su constante espíritu crítico. 

Su figura dignifica la función política en unos tiempos de desprestigio de lo político fruto del oportunismo y la corrupción.

Su ejemplo siempre será un acicate que ayudará a ejemplarizar que no todos los políticos son iguales y que la persistencia apasionada en sus ideales de igualdad y fraternidad anidan en buena parte de la sociedad que no se resigna ante la injusticia y la desigualdad. 

Ignasi Ribes Garau, Manolo Cámara Fernandez, Antoni Ma. Thomas i Pep Vílchez Carreras

¿Quién teme a David Abril?





Recién comenzadas las necesarias negociaciones entre los partidos políticos que poseen la suma mayoritaria de votos tras las elecciones autonómicas y municipales en las Baleares, las pitonisas malévolas ya han comenzado a vaticinar la catástrofe. Lo dicen sin ni siquiera contemplar el análisis de los programas políticos que se discuten, y que son los que contienen las propuestas e intenciones políticas que verdaderamente interesa enjuiciar. Nada, escándalo y traca. 


La utilización perversa del lenguaje inunda el panorama: desde el “hemos ganado” o “nos los han robado” de los populares; hasta el ridículo parecer de algunos articulistas que han tildado al diputado autonómico David Abril de “Lenin”; y hasta otro escribidor de pluma “afilada” que ha rematado: ¡¡Lenin de clase B!!



Vamos, todo un aquelarre digno de los orcos de Intereconomía o de los hooligans de alguna cadena televisiva local donde se permite y fomenta el insulto y la palabra soez de manera banal. 



Pero la realidad es que los agoreros saben, o deberían saber, que sobre la mesa de negociaciones tripartita de la izquierda existen dos elementos de futuro fundamentales: un programa de realizaciones concretas, y una exigencia ineludible de regeneración democrática y de lucha implacable contra la corrupción. 



La izquierda balear ha cosechado un triunfo electoral sin precedentes y sin condicionamientos espurios. Pongamos como ejemplo más significativo el reparto de los apoyos electorales a través de los resultados al Parlament Balear. El PSIB recoge 81.073 votos y PODEMOS y MÉS 62.629 y 59.069, respectivamente, siendo legítimo sumar a este ultimo partido los votos de MÉS per Menorca, que aporta 6. 568 a cuenta de la propuesta global MÉS. La suma de votos éstas últimas tres fuerzas da el resultado de 128.266 votos de izquierda, que no son del PSOE. Y, por si fuera poco, esta suma es superior a los votos recogidos por el Partido Popular (121.981). 



Bien, al razonamiento anterior debe ser matizado, aunque no anulado. Matizado porque PODEMOS y MÉS no son la misma fuerza, tienen diferencias. Pero ambas formaciones recogen el sentir de buena parte del electorado, y, sobre todo, recogen una voluntad política expresada en las urnas que desea un programa específico y un profundo deseo de regeneración democrática. Y en estos aspectos, si miramos los programas, efectivamente las propuestas más significativas de PODEMOS y MÉS coinciden casi como dos gotas de agua en numerosos aspectos. 



Y es esa coincidencia política la que da legitimidad a ambas formaciones para que piloten el devenir político próximo en aquellas instituciones donde el respaldo electoral recibido se lo permita. 



Y, aquellos que han sufrido pérdida de votos y desprestigio, por su actuación ante la crisis y por efecto de la corrupción, deben saber ahora asumir su papel, que no es otro que el de apoyar a aquellos a los que la voluntad política de los ciudadanos ha respaldado posibilitando que ambas formaciones conjuguen conjuntamente el devenir político de esta comunidad. 



En estas circunstancias, los que infunden exageradas filípicas contra la persona que da nombre al encabezamiento de éste escrito y lo que representa deben saber que el protagonismo político de éste está sustentado por dos fuerzas políticas que, conjuntamente, han cosechado la mayoría de votos de cambio de estas islas. 



En realidad, pues, no es difícil deducir que, a quien realmente temen los interesadamente inquietos, es a la voluntad política de los ciudadanos que, con su voto, han expresado la necesidad de un cambio radical de fondo y de formas en la política balear.


Pep Vílchez / 04/05/2015

Publicat a EL PERISCOPI
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Ahir, Joan Riera (UH) publicaba un article titulat “David Abril es la columna de la negociación para formar Govern” ( http://goo.gl/WJ1XRv ) en part, aquesta visió ha provocat un article meu publicat avui al Periscopi titulat ¿Quien teme a David Abril? (http://goo.gl/C0QYbI ), avui també, Joan Riera publica un altre article titulat "Biel Barceló y la sombra del doctor Negrín" ( http://goo.gl/gyLTRz ), allà on falsejant la figura de Juan Negrín de manera, diguem “poc fonamentada”, compara amb Biel Barceló amb el que fou cap del Govern de la Republica des de 1937 a 1939. Fa ja un cert temps, en complir el 50 aniversari de la mort de Juan Negrin, vaig publicar un article a DM que precisament es titulava "La sombra del Doctor Negrin” ( http://goo.gl/T2Tg3x ) el qual suggeriria a Riera que tornes a llegir amb molta atenció.
Així i tot cal dir que les "opinions" referides a Juan Negrín expresades per Joan Riera (UH) están més aprop de Pio Moa i César Vidal que no de reputats historiadors com Gabriel Jackson, Enrique Moradielos, Ricardo Mirralles o Paul Preston .. en fi, l'ofuscació crea afinitats diabòliques.

Pep Vílchez

Turisme, medi ambient i patrimoni
La construcció d'un país digne, social i culturalment estructurat, és un objectiu que, ben bé, pot compartir una àmplia majoria de ciutadans d'aquestes illes. És de sentit comú i amb això ens juguem bona part del nostre futur.

Emperò els obstacles que fins ara s'han oposat en aquesta estratègia han estat tossuts i, alhora, altament nocius, especialment a l'àmbit de la destrossa del territori, fet incentivat per l'especulació i la corrupció de la mà de promotors i constructores amb la complicitat del poder polític, especialment del Partit Popular. Una part significativa del sector hoteler empresarial, no n'és aliè a la destrossa.

Comença a ser hora que el sector turístic empresarial prengui consciència definitiva que el creixement territorial de la planta hotelera està pràcticament esgotat i que l'augment dels seus legítims beneficis només pot créixer mitjançant una oferta turística amb més valor afegit, de qualitat i més respectuosa amb el medi ambient i el patrimoni paisatgístic i cultural.

Comença a ser hora, també, que els sectors implicats, hotelers, tours operadors, etc. ajudin a fer que finalitzin situacions poc atractives per un turisme de qualitat, i això vol dir que no continuí embrutint-se la imatge de Mallorca per les males pràctiques realitzades en alguns indrets de l'illa.

I d'això, d'aquest necessari redreçament, ens podem beneficiar tots, perquè la nostra natura i els paisatges de les illes, que són dels ciutadans, de tots, són un valor de gran atractiu que es pot compartir amb la gent d'altres indrets que ens visita i que ens possibilita anar més enllà que l'esquemàtic sol i platja.

Amb l'hospitalitat natural que ens pertoca i amb una oferta de qualitat, professionalitat i estabilitat, allargant els períodes d'ocupació i dignificant la vida laboral dels treballadors del sector, podem continuar generant riquesa els fruit de la qual sigui en benefici dels empresaris, inversors i treballadors directament implicats i de la resta de la població.

És útil i necessari que les institucions dediquin esforç en el manteniment dels nostres valors naturals, culturals i patrimonials. I, per això, cali invertir, en benefici del medi ambient i d'una harmoniosa utilització del territori. Els nostres visitants haurien, doncs, de col·laborar amb una aportació més simbòlica que real, emperò suficient per invertir la recaptació en benefici d'objectius mediambientals i, perquè no, també de caràcter social.

Així, el sector turístic hauria d'esser el primer interessat amb què el “conservadorisme” adjudicat a l'esquerra, en relació amb el medi ambient i el patrimoni, fos una idea compartida per tots i en benefici dels habitants de cadascuna de les illes i també de la diversificació de l'oferta integral turística que així caminaria cap a índex de més qualitat i, per tant, cap a una indústria més competitiva.

Fets recents com la mala imatge de Punta Balena a Magaluf, la corrupció policial a la Platja de Palma o, en l'àmbit patrimonial, la destrucció de valors arquitectònics que s'exemplifica en la pèrfida demolició de Can Bibiloni, edifici obra del prestigiós arquitecte mallorquí Gaspar Bennàssar, són realitats que, recentment, ens han indicat que les coses no van com haurien d'anar, que no podem continuar per aquest camí i, això, ho sap tothom. Caldrà, doncs, posar fill a l'agulla i redreçar la nau per evitar allò que emboira la bona imatge que fa atractiva les illes com a destí turístic preferent.

Les circumstàncies que emplenen de desgràcia i desestabilització altres indrets, potencialment competitius, especialment a la Mediterrània oriental, reforcen l'afluència de turistes i l'arribada de creuers. Això no serà sempre així. Ara caldria aprofitar l'avinentesa per millorar la nostra oferta turística i, alhora, amb el concurs de les institucions, diversificar les fons de creació de riquesa fomentant i incentivant la promoció d'altres activitats que de manera rendible rompin el monocultiu turístic generant altres fons d'activitats orientades cap a un tipus de producció adequat a cadascuna de les nostres illes. Tot un repte en la realització del qual ningú hauria de quedar exclòs.

Pep Vílchez
Publicat EL PERISCOPI, 01/06/2015

POR UN CABEZA

No me voy a referir a la cabeza del “noble potrillo que justo en la raya afloja al llegar” según  reza  el conocido tango, musicado e interpretando por Carlos Gardel y con letra del inevitable Alfredo Le Pera. Tampoco haré referencia a la cabeza del asirio Holofernes, perdida por la perfidia de la judía Judith, quien después de embriagarlo, seccionó la testa del famoso general, de todo lo cual la Biblia da cumplida referencia. No. Ni éstas, ni la de Juan Bautista decapitado por orden de Herodes Antipas.

No, ya que deseo referirme a otra cabeza, en éste caso política: la de José María Rodríguez. La intención manifestada por C's de solicitar como condición de pacto con el PP el degüello político del viejo mastodonte, ha puesto en evidencia la firme intención de Pericay y los suyos de facilitar el acuerdo con los otros seguidores del insigne Pep Gonella hoy felizmente acogidos entre las filas populares donde pululan y controlan buena parte del cotarro.

Presto, la testa del dirigente local ha sido ofrecida a los leones en ritual público y bajo la férula del despiadado José Ramón Bauzá, quien, antes de entrar en lid electoral, con un simple movimiento del pulgar ha sentenciado al viejo gladiador de fondo.

Así se allana el camino hacia el acuerdo entre los de Bauzá y los Pericay, que, de cuajar, su repercusión inmediata bien podría ser la de abrir una confrontación de consecuencias incalculables, al utilizar la cuestión lingüística de modo irresponsable, generando una indeseable confrontación en el ámbito de la sociedad que afectaría a todas las islas. Me parece que éste es uno de los factores primordiales que explica la presencia del polémico personaje, casualmente procedente de Cataluña,  encabezando la lista de Ciudadanos al Parlament Balear.

En cualquier caso, tal vez, esta vez sí, sea el fin político del detestado muñidor, de aquel que poseyó el don de la ubicuidad en territorio de lo oculto, sí, allí donde los vampiros renacen. S·T·T·L

Pep Vílchez

Publicat el 12/05/2015 a EL PERISCOPI

A UN AÑO DE LA MUERTE DE ADOLFO SUÁREZ


“El paso de los siglos no borrará el eco de su nombre, unido siempre al recuerdo de una justicia social y un progreso como nunca antes conociera nuestra patria. Con él logró España ser una, grande y sobre todo libre de cualesquiera fuerzas extrañas a sus propios designios. La obra de Franco perdurará a través de las generaciones.
Adolfo Suárez (El Alcázar, 21 de novioembre de 1975)

Jerifaltes del régimen franquista, entre ellos el joven Adolfo Suárez, a su izquierda Rodolfo Martín Villa

Al iniciarse 1977 en todo el Estado español se vivía un clima de inquietud y movilización. Tras el fallecimiento del dictador Francisco Franco  las puertas de un futuro esperanzador quedaban abiertas pero no se vislumbraba el camino que había que recorrer y el coste político y humano que habría que pagar para introducir un sistema de libertades públicas e individuales aceptable.

Las fuerzas reformistas incrustadas en el aparato del Estado franquista se disponían a llevar a cabo una estrategia a través de la cual, en una primera fase, se elaboraría una Constitución y se pondrían las bases de un sistema cuyo antecedente inmediato era la Restauración canovista  fundamentada sobre la base de dos grandes partidos políticos, un sistema de alternancia bipartidista.

Inicialmente se procedió a la legalización de diversos partidos políticos como la Unión de Centro Democrático dando paso al Partido Socialista Obrero Español, imprescindible para obtener el beneplácito de las potentes socialdemocracias europeas y por tanto de las democracias occidentales.  La instauración de las fórmulas de gobierno democráticas era un imperativo histórico inaplazable tras la muerte del dictador.

 El entonces Presidente del gobierno, Adolfo Suárez González, hombre procedente de la estructura del Estado franquista en la cual había desempeñado importantes cargos –Procurador en las Cortes por Ávila (1967), Gobernador Civil de Segovia (1968), Director de Radio-Televisión Española (1969)- ocupando en 1975, de la mano de Herrero Tejedor, el puesto de subsecretario general del Movimiento y, al fallecimiento de éste, es nombrado   Ministro Secretario General del Movimiento en el gobierno de  Carlos Arias Navarro, tras el fallecimiento del general Franco,   datos que nos muestran una subida meteórica del delfín de Torcuato Fernández Miranda al cual se le atribuye la estrategia de la transición –en minúscula- de franquismo hacia un sistema formalmente  homologable a los cánones de los estados  de base democrática partiendo desde los presupuestos del propio sistema totalitario a través de la Ley de Reforma Política aprobada en un referéndum sin garantías democráticas en 1976.



Se saludan: Torcuato Fernandez Miranda y Adolfo Suárez González

Desde el control de buena parte del aparato político del sistema franquista,   denominado Movimiento Nacional, -eufemismo para denominar el fosilizado partido único del régimen-, en febrero de 1977, se procedió a la legalización del Partido Socialista Obrero de Español, el cual representaba el límite del juego político previsto. Así, las primeras elecciones tendrían carácter de constituyentes y, en consecuencia, la labor principal sería el de redactar y proponer una Constitución a partir de la cual se abriría al resto de fuerzas políticas excluidas del proceso constituyente entre las cuales se hallaba el Partido Comunista de España y el resto de formaciones a su izquierda.

La agudeza de Adolfo Suárez y los suyos fue el percatarse del hecho de que si se excluía al Partido Comunista de España del citado proceso éste quedaría fuertemente condicionado y, por lo tanto, las bases del nuevo sistema quedarían presumiblemente deterioradas al no gozar del consenso necesario y basarse en la exclusión de la organización política más relevante en el ámbito del antifranquismo, es decir, de la lucha por las libertades democráticas.

Efectivamente, la legalización del Partido Comunista de España un Sábado Santo de 1977 fue, en mi opinión, la clave de bóveda, la pieza que faltaba para que el paso para que la  democracia que había que constituir fuera homologable a nuestros vecinos inmediatos, en especial Francia e Italia donde el Partido Comunista estaba plenamente integrado en el sistema parlamentario y ese fue el acierto de Adolfo Suárez y el grupo que lo respaldaba. El PCE había situado cuatro grandes elementos imprescindibles para asumir un proceso mínimamente aceptable: Amnistía para los presos políticos, aceptación de las libertades básicas –derecho de expresión, asociación, reunión y manifestación- y la exigencia de un gobierno Provisional de amplia coalición que pilotara el proceso hacia la democracia de manera imparcial. Como es sabido ni hubo gobierno Provisional ni las condiciones democráticas de las primeras elecciones de 1977  tuvieron unas garantías aceptables que supusieran un itinerario imparcial sujeto a la igualdad de oportunidades de todos los participantes.



El PCE jugo fuerte para evitar su exclusión del proceso constituyente y poseía los instrumentos políticos para ello. Audazmente Santiago Carrillo se situó en el interior del país poniendo a los reformistas entre la espada y la pared. Desde el año anterior las movilizaciones políticas y sindicales, en un contexto de grave crisis económica agudizada por el inmovilismo del régimen dictatorial y de sus continuadores, convivían en un clima de tensión permanente con atentados terroristas de ETA, GRAPO y FRAP y con una extrema derecha sumamente agresiva que lleno de terror y sangre este espacio temporal.

Ya en enero de 1977 el asesinato a sangre fría del grupo de abogados laboralistas de Comisiones Obreras elevó el clima de tensión en el cual se celebraron los actos de despedida de los asesinatos en una muestra de contención, firmeza y capacidad organizativa donde el PCE mostró su fuerza y capacidad de control.

Asi, el PCE profundizó en su perfil de partido democrático y el 3 de marzo de 1977, a pocos días de la legalización del PCE, Santiago Carrillo se reunió en Madrid con los secretarios generales de los partidos comunistas de Italia y Francia, Enrico Berliguer y Georges Marchais donde se presentó, en líneas generales, lo que entonces se definió como “eurocomunismo”. Se trataba de evidenciar un alejamiento de las pautas de Moscú, reafirmando la condena a la invasión soviética de Checoslovaquia, afirmando su estrategia de cambio a través de un sistema pluripartidista y democrático subrayando el indisoluble lazo entre socialismo y libertad.

Enrico Berlinguer (PCI), Santiago Carrillo (PCE)y George Marchais (PCF) en Madrid con anterioridad a la legalización del PCE

Como tiempo después afirmara el propio Santiago Carrillo, “la izquierda, entonces, estaba en las cárceles, en el exilio y era perseguida y machacada y ya poco o nada tenía que perder. Aceptamos condiciones que no hubiéramos aceptado, probablemente, en un régimen sólido de libertades”.

La democracia, pues, abría su camino hacia un sistema duradero aunque no definitivo. Salir airosamente de una dictadura fundamentada sobre la base de una gran tragedia y de cuarenta años de ocultación, represión y calumnias no era tarea fácil y, desde luego, muy difícil hallar la armonía entrando en un sistema nítidamente democrático.

La Constitución de 1978 recoge el estado político de un momento determinado y expresa la dicotomía de las fuerzas en liza: los herederos del sistema franquista y la oposición democrática. Para unos era el mínimo aceptable y para otros el máximo. El tiempo ya se encargaría de corregir, a favor de la democracia, los desajustes hijos de una transición permanentemente chantajeada por los oscuros poderes fácticos.

Hoy, cuando son mayoría los actuales ciudadanos y ciudadanas que por edad no vivieron aquellos acontecimientos caen muchas recriminaciones al no haberse podido sustanciar unas reformas que, a todas luces, requieren de algo así como una nueva Transición donde deberían quedar esclarecido el modelo de Estado de manera democrática y sin tutelajes ni chantajes para dar cabida a los deseos soberanistas de las nacionalidades y determinar  la forma de Estado que debería proponerse en Referendum para oscultar explícitamente la voluntad popular entorno a la continuidad de la Monarquía o la conveniencia de la República como formas de estado.

La crisis económica que padecemos ha puesto en evidencia un alto grado de desafecto hacia un sistema que, si bien sirvió para salir de un régimen dictatorial, cada vez tiene menos que ver con un futuro nítidamente democrático donde las aspiraciones de los ciudadanos y de las diversas nacionalidades que existen en el interior del Estado español puedan decidir libremente su futuro y se eliminen aquellos aspectos que tutelan y condicionan el devenir democratico y la convivencia ciudadana y, entre ellos la existencia de una monarquía que no ha sido explicitamente refrendada y que contiene aspectos no democráticos como el poder militar que se otorga al monarca el cual debería estar exclusivamente en manos de los poderes emanados de la soberania popular: el parlamento y el gobierno surgido de éste.





En la muerte de Santiago Carrillo Solares


La primera vez que vi en persona a Santiago Carrillo fue en octubre de 1975, un mes antes de la muerte del dictador. Con apenas 23 años pasé la frontera francesa para asistir al Pleno Ampliado del Comité Central del PCE que durante tres días estuvo reunido en unos edificios escolares vinculados al PCF en la ciudad francesa de Lisieux. Allí se trató sobre el futuro del movimiento obrero y sindical en España y allí se decidió que los comunistas defenderían en el seno el movimiento sindical la necesidad de optar por la conversión del movimiento socio-político de las Comisiones Obreras hacia una estructura de sindicato, dejando de lado la opción de convocar un congreso sindical constituyente a partir de las estructuras de las organizaciones del antiguo sindicato vertical por entonces, en gran parte, en manos de militantes de CC. OO. La presentación del debate lo realizó Santiago Carrillo quien, junto a otros dirigentes históricos del PCE, ostentaban la presidencia del acto. Ni qué decir que aquellas imágenes han permanecido indemnes desde entonces en mi mente.


Posteriormente, en 1986, asistí, en Madrid, en calidad de miembro del Comité Central del PCE, siendo su secretario general Gerardo Iglesias, durante tres sesiones de tres días consecutivos a los debates que finalizaron con la eufemística auto-exclusión de Santiago Carrillo como miembro del partido. El personaje que se mostró mítico en el período de la confrontación con la dictadura, respaldado por una iniciativa política substancialmente acorde con las necesidades reales del momento, ya sea en la propuesta de Reconciliación Nacional o en lo que se denomino Pacto por la Libertad , fue quien ya entrada la democracia dejaba de manera forzada de militar en el partido cuya imagen estuvo durante décadas indisolublemente vinculada a su figura junto a Dolores Ibárruri "Pasionaria".

El que fuera líder indiscutible del comunismo español había pasado de ser su cabeza visible más aclamada a ser maldecido después de un penoso y lastimoso proceso de enfrentamientos, expulsiones y escisiones que dieron al traste con lo que quedaba de aquel potente Partido Comunista de España, el mismo que había sido capaz de poner en jaque a la dictadura del general Franco y de atesorar un conjunto de militancia donde se agrupaba lo más destacado de la vanguardia sindical y vecinal, estudiantes y profesores universitarios y significados profesionales del arte y la cultura.


Santiago Carrillo, de la Comissió Executiva de les Joventuts Socialistes Unificades, a primera fila d'una manifestació a Madrid el 1936

Hijo del socialista Wenceslao Carrillo, Santiago desarrollo una actividad política precoz al lado de dirigentes históricos del socialismo español como Julián Besteiro o Francisco Largo Caballero. Junto con Fernando Claudín llevó a cabo una de las operaciones políticas más relevantes del período republicano al conseguir la unificación de las Juventudes Socialistas y Comunistas en las J.S.U.
Personaje controvertido, polémico, aclamado y odiado pero sin lugar a dudas elemento clave para entender un largo período de nuestra historia quien desde una indudable tenacidad que, junto a su longeva existencia, facilitó que su vida estuviera permanentemente en el ojo del huracán de la política española durante buena parte del siglo XX adentrándose en el XXI como un avezado observador de la política española.

El testimonio político de Santiago Carrillo, si algo singular acoge es el frustrado intento de trasladar al comunismo ortodoxo hacia una novedosa experiencia: una vía donde la libertad y la democracia se debían mostrar consubstanciales al cambio y la transformación social. En esta línea, conjuntamente con Georges Marchais (PCF) y Enrico Berlinguer (PCI) protagonizó una esperanzadora iniciativa que el tiempo desterró de la política, el eurocomunismo, pero que abrió un fructífero debate que contribuyó de manera destacada a valorizar de manera irreversible los valores de la democracia frente al modelo soviético estéril y autoritario e incapaz de servir como elemento real de transformación de la sociedad.

Audaz hasta el final de sus días, con sus luces y sombras, su contribución a la democracia española es un referente ineludible y solo por ello, pero no tan solo por ello, es merecedor de mi más profundo respeto.
1977. Congrés dels Diputats : Rafael Albertí, Gregori López Raimundo, Dolores Ibárruri, Santiago Carrillo i Ignacio Gallego


Pep Vilchez

19/09/2012

LA VIDA DE LOS OTROS

                   
El odio u aversión a las mujeres, la misoginia, es un comportamiento asaz antiguo. Ya en el Génesis, primer libro del Antiguo Testamento, se nos relata cómo Eva, madre de la humanidad, recepciona la maldición del creador al caer en la tentación que la perfidia de Satanás provocó, adoptando la forma de la siempre femenina serpiente, al hacerle incumplir la única prohibición existente en el paraíso terrenal: no ingerir la fruta del árbol de la ciencia.

Así, en la primera ocasión en que el creador se dirigió a alguien de sexo femenino fue para maldecirlo. Y, ahí se encuentra el origen de todos los males y calamidades que ha sufrido, sufre y sufrirá la humanidad ya que de esa manera apareció la culpa generada por el llamado "pecado original". La mujer fue condenada a parir con dolor y el hombre, pecador por seducción femenina, a ganarse el pan con el sudor de su frente.

Sería ocioso continuar relatando las múltiples vertientes misóginas que acogen las escrituras de origen judeo cristiano, ya que es de sobra conocida su reiterada aparición. Podemos relativizar el fenómeno bajo una óptica exculpatoria que vincularía ese comportamiento misógino hacia otras épocas y, por tanto, hacia otras mentalidades que generaron mitos y leyendas vinculadas a un mundo especialmente fantasioso. Pero, por desgracia, en la actualidad el peso de esas concepciones arcaicas e irracionales todavía se percibe, especialmente entre los que sostienen ideas conservadoras de carácter reaccionario. Por suerte estos planteamientos no afectan a la totalidad de los creyentes, ni siquiera a la mayoría de ellos.

Pero las instituciones que velan por la continuación de esas creencias humillantes hacia el mundo femenino no dejan de maquinar, y no sólo en la España carpetovetónica. Ahí está Todd Akin, candidato republicano a senador por el estado de Missouri, miembro de la comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y destacado representante del movimiento ultraconservador Tea Party , quien ha llegado a afirmar, recientemente, que el embarazo por violación no debe ser objeto de interrupción ya que para la fertilización debe existir un grado de consentimiento por parte de la víctima, pues considera que el cuerpo femenino tiene formas de evitar un embarazo no deseado. Así están las cosas en la extrema derecha conservadora norteamericana, donde, además, suele ser común sostener ideas creacionistas que atentan al sentido común y niegan los postulados darwinianos que abrieron las puertas al conocimiento científico de la evolución de la humanidad.

Aquí, en pocos días, el Partido Popular, en su calidad de agente político de la Conferencia Episcopal y del Opus Dei, ha mostrado su fondo ultraconservador proponiendo la modificación de la regulación de la interrupción voluntaria del embarazo, eliminando el supuesto por malformación grave del feto. En carta abierta al ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón, Javier Esparza, neurocirujano infantil, alerta de "las terribles consecuencias humanas" de esa decisión, condesando en el titular de su escrito la síntesis argumental de su razonamiento: "Nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento". Cumpliendo un papel similar al del candidato al senado por el estado de Missouri, el presidente de la Cortes valencianas, el popular Juan Cotino, atiza el fuego de la discordia con declaraciones cuyo único objetivo es criminalizar a las personas que optasen por la interrupción voluntaria del embarazo. De lo que se trata, en definitiva, es de anular el derecho a decidir de las mujeres.

En otro ámbito, en el sector educativo, objeto de una obsesiva interferencia por parte de los herederos del nacionalcatolicismo, el ministro del ramo, José Ignacio Wert, pretende que las escuelas concertadas puedan practicar la segregación de sexos y simultáneamente recibir subvenciones públicas aun cuando el Tribunal Supremo haya fallado en contra de tal posibilidad. Para ello, con su mayoría absoluta, los populares reformaran la ley para poder regar con dinero público las prácticas segregacionistas de determinadas escuelas concertadas, generalmente en manos de instituciones de carácter religioso en su vertiente católica, frecuentemente vinculadas al Opus Dei.

El pretendido "ministro del ala más civilizada del PP", titular de la cartera de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha mostrado que tras su piel de cordero se esconde el lobo de la intolerancia de los que pretenden volver a conquistar el Estado para regular funciones que exclusivamente deberían operar en el ámbito privado, según las creencias éticas o religiosas de cada cual. No faltando quien opina que en realidad Gallardón, que se supone que aspira a la sucesión del amortizado Mariano Rajoy, desee, con estas medidas, congraciarse con los sectores de ultraderecha que tanto peso atesora entre las filas populares.

En fin, sería conveniente que, a estas alturas, ese grupo de célibes varones que monopoliza el poder en las estructuras eclesiásticas condenando a las mujeres, comenzando por su propia organización, a un humillante papel subsidiario, dejara de inmiscuirse en la vida de los otros y apueste por restringir determinados comportamientos al ámbito de su feligresía.

Así mismo, cabe incluir en la nómina de la vejación a los que han tolerado que la actuación misógina de un grupo de musulmanes increpando a las agentes de la ORA que cumplían sus funciones laborales en las cercanías de la mezquita ubicada en los alrededores de la plaza de Pere Garau de Palma, fueran vetadas por la empresa concesionaria para ejercer su labor profesional en la zona del conflicto, provocando una intolerable discriminación hacia el sexo femenino.

 Pep Vilchez 
17/09/2012
 

LOS ALBACEAS DE LA HERENCIA

Cada vez que algún responsable político del PP desea justificar algo difícilmente justificable, -léase, por ejemplo, un recorte o algún que otro incumplimiento de sus promesas electorales- invariablemente cita la herencia recibida del anterior gobierno. Y esto es así hasta tal punto que, cada vez que los albaceas de la herencia mienten – que no son pocas- la palabra mágica que casi nunca falta es: herencia.

Claro que hay herencia del gobierno anterior al actual, pero no es menos cierto que la herencia que ha motivado el cariz dramático de la crisis que nos afecta se remonta a aquellos años del “España va bien”,  consigna acuñada por José Maria Aznar en plena fiebre del ladrillo. Fue ese político el que puso las bases de la burbuja inmobiliaria allá por 1998 cuando aprobó una reforma de la Ley del Suelo (Ley 6/1998 ) que liberalizó aún más la oferta y, con una política de desgravación fiscal aplicada a la adquisición de bienes inmobiliarios, provocó una marea especulativa que es una de las  causas más notorias que propiciaron la aparición de una  burbuja inmobiliaria motivo principal de las  trágicas consecuencias que siguen la fase de reflujo que suele acompañar a este tipo de  mareas.

Y  ello fue así porque esa liberalización del suelo se vio acompañada de una peligrosísima política de asunción de riesgos por parte del capital financiero – o sea, la banca que ahora hay que rescatar- en el ámbito crediticio que provocó un crecimiento acelerado de la economía basado en gran parte en la puesta en circulación de una gran masa de capital financiado, que, de manera artificial, engrosó  las ganancias de especuladores, promotores inmobiliarios, bancos y cajas incrementando, de la misma manera, los ingresos de las instituciones públicas, las cuales vieron como ese espejismo de desarrollo les beneficiaba arreciando suculentos ingresos a las arcas públicas que asumieron unos gastos que no eran acordes con la riqueza real del país.

De este despilfarro se “beneficiaron” las cuentas del gobierno central, de los municipios y, sobre todo, las comunidades autónomas, a la cabeza las gestionadas por el PP, o sea Madrid y la Comunidad Valenciana. No olvidemos la época de nuestro gran inversor, Jaume Matas, con el Palma Arena, palacios de óperas y congresos y un largo etcétera donde no faltaron botes de Cola-Cao y tarjetas visa sin control.

De todo ello, de esas herencias, es de lo que no suelen hablar ni Montoro ni Rajoy siendo la responsabilidad máxima del Partido Popular de José María Aznar sin que los otros herederos de esa irresponsabilidad, los gobiernos del PSOE, aun estando al corriente de la situación, se mostraron incapaces de pinchar la burbuja y así, a sabiendas, continuaron en el país de jauja, cabalgando sobre un crecimiento que era pura especulación, engaño y, en el mejor de los casos, mera ilusión. Para más información pregunten al exministro socialista  de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastian o léanse el artículo “La razón moral del indignado” de Francesc de Carreras. (La Vanguardia 17/05/2012.)

No en balde, pues, ambos partidos –PP y PSOE- aparecen como máximos responsables de la virulencia de la crisis económica ya que, por mucho que intenten pasarse la pelota uno a otro, su corresponsabilidad es indudable y así es percibido por un número cada vez mayor de ciudadanos tal como reflejan las encuestas. 

Lo paradójico es que deban ser los culpables políticos de la situación los encargados de deshacer el desaguisado y, lo que es peor, que ahora la solución se  halle en manos de  la derecha política y económica de este país la cual, cuando se trata de defender sus intereses y privilegios, su carencia de escrúpulos es de sobra conocida. Sólo con citar el exabrupto soez de la diputada popular Andrea Fabra debería haber suficiente. 

 Pep Vilchez  
12/08/2012

Diario de Mallorca, 14/08/2012

Tampoc van creure Cassandra

Tal com succeí a la sibil ·la  Cassandra, filla de Príam rei de Troia i germana d'Hèctor i Paris, els que denunciarem que de la caverna popular sorgien veus d'engany i que de les seves promeses fermentava la mentida, no vam ser creguts i això no va ser fruit de la maledicció que Apol · lo va llançar contra la seva terrenal estimada que la condemnava a pronosticar el futur, emperò castigada a no ésser creguda sinó, més aviat fou per culpa de l'estultícia humana que va arribar a límit de considerar plausible que la sola presència del senyor Mariano a la Moncloa calmaria el procel · lós oceà dominat pels titans del capital ara més coneguts com mercats.


Ángela Merkel, guardiana de l'euro i de la seva santa morada, allà al Banc Central Europeu, no va deixar d'imposar als súbdits monetaris d'Alemanya els seus criteris d'austeritat, els mateixos que van ser negats, com Pere abans de cantar el gall, per l'insigne habitant del palau monclovita.


Contemplam el nas d'en Mariano créixer, com el de Pinotxo, mentre tot allò que van jurar no realitzar ha quedat en no res, fruit d'una mentida - faltar a la veritat tot i sabent-ho- que ens està  transportat cap al rècord d'ignomínia que un govern pot arribar  atresorar.


Ja poden amagar-nos a González Pons, el mateix que, en el seu deliri fantasiós,  oferir tres milions (TRES) de llocs de treball nous, encara que després, davant la sorpresa i indignació del respectable, deixà la cosa en l'àmbit dels desitjos. Quina barra!!


Aquí estan, Rajoy, Soraya, Montoro, Esperanza i tots ells alegres d'exercir el poder i sense rubor a marxes forçades ens situen en el passat empobrint a la majoria que ha de carregar amb les despeses de l'orgia perpètua del capital financer mentre el poderosos gaudeixen de privilegis i els defraudadors son amnistiats i per tant beneficiats tal com també ho son els banquers que tanta responsabilitat tenen amb la generació de l'actual situació.


No anaven a pujar impostos, la seva sola presència tranquil · litzaria a tothom -que en aquest cas són els mercats-  i fet i fet, passa el contrari i la conseqüència és  que ens empobreixen i minven les condicions de vida de molta gent, de la majoria, sens dubte i, així, delmen la democràcia que passa per les hores més baixes des de la famosa Transició.


I, per si tot això fos poc, a les nostres illes, han sorgit de les profunditats de la caverna reaccionària la ultradreta d'avui, la qual, sense esvàstiques ni jous i fletxes, enverina la vida comunitària dels insulars i posa cap per avall tot allò assentat: hospitals, escoles i serveis socials i, per rematar la jugada imposen una visió sobre el fet lingüístic desestabilitzadora, inculta, irresponsable, humiliant i provocadora capitanejada per un president que renuncia a la seva llengua, als seus llinatges i escarneix el tarannà dels habitants de Mallorca, de Menorca, d'Eivissa i de Formentera.

Avui, la resignació seria sinònim de suicidi col·lectiu ja que aceptar dràtiques retalladas que afectan als treballadors públics i privats, al aturats, als malalts i impedits mentre las grans fortunes no col·laboren en res -no hi ha una sòla mesura que afecti als més rics - a més d'aceptar una greu injustícia implicaria deixar que les conseqüències de la crisi la paguin els més dèbils que sóm la majoria i la vegada que els que responsables directes dels desgavells se'n surten sense cap conseqüència.

Pep Vilchez
12/07/2012

Un futur republicà dins l’esdevenir democràtic


Existeix una interessada opinió que manté la idea de que a Espanya el destí del sistema republicà està inevitablement condemnat al fracàs, o pitjor a la tragèdia. Si exceptuem la Gran Bretanya, tots els nostres veïns més propers són repúbliques. Ho són Portugal, França, Itàlia inclòs Alemanya, actual mare financera dels europeus. Aquests països foren monarquies i com a repúbliques pareix que es desfan amb soltura.

 En realitat, en el seu origen, la animadversió antirepublicana ho era contra la democràcia i era comú, entre els franquistes,  considerar que els habitants de l’Estat espanyol, per la seva sang calenta i el seu caràcter impulsiu i bel·licós, no eren aptes per l’exercici de la democràcia i, donada tal incapacitat genètica, de gaudir dels drets i llibertats, i, per tant, sols podien esser governats amb mà dura.

 El general Franco va assentar el seu poder en la demonització del sistema republicà el qual fou aniquilat a partir d’un irresponsable cop militar que derivà en guerra civil. Emperò el cop, en realitat, era contra les llibertats democràtiques, que foren les que permeteren posar en evidència les profundes desigualtats i injustícies que els pobles de l’Estat espanyol feia molt temps que patien.

 El general que es va fer anomenar “Caudillo” ofegà totes les llibertats i va impulsar un nacionalisme agressiu fonamentat en el desig d’uniformar a tota la població sota el seu comandament, herald d’una visió reduccionista de caire espanyolista que intentà suplantar la personalitat del pobles amb una forçada assimilació castellanitzant i centralista.

 Franco va intentar que els ideals del nacionalcatolicisme tinguessin continuïtat a traves de la instauració de la monarquia de mà del fill del legítim aspirant –Don Juan-, es a dir de l’actual monarca, Joan Carles I. De fet, la monarquia afavorida pel dictador es consolidà,  però no s’assentà a traves del ideals del Movimento Nacional. L’imperatiu històric, condicionat pel devenir d’Europa i el Món, afavorí que la monarquia obrís pas a un sistema de llibertats tal i com va recollir la Constitució de 1978.

 Partint de l’essència democràtica que empara els drets individuals i col·lectius dels individus i de les nacions la República és un receptacle digníssim per gaudir de les llibertats democràtiques i emparar els drets dels ciutadans. L’opció republicana recull tots els requisits per ésser seriosament considerada i respectada.

 Totes i cadascuna de les opcions polítiques que es fonamenten en l’exercici de drets bàsics mereixen protecció i consideració, inclòs, com no podia esser d’altra manera, el dret del pobles a elegir la forma en que volen esser governats, així com l’inalienable drets de les nacions a l’autodeterminació.
 La democràcia implica molt més que l’exercici del dret a elegir els nostres representants de forma periòdica, ja que en tot moment ha de poder vehicular les idees de tos els que respecten les seves regles.

Avui, quan la monarquia parlamentària passa per hores baixes, explicitar la reivindicació republicana és una manera de proposar un forma d’Estat més democràtica la qual, en tot cas, si els ciutadans ho desitgen, té tota la legitimitat que la sobirania popular dóna a la voluntat dels pobles.

El 14 d’abril de 1931 una societat dominada pel caciquisme, l’obscurantisme de caire religiós i una dreta autoritària avesada a hegemonitzar el poder polític i econòmic vaig la protecció de la monarquia, hagué de donar pas a un anhelat règim democràtic, el qual, des de el primer dia de la seva instauració, fou sabotejat pels mateixos que gaudiren dels privilegis de l’antic règim monàrquic.

El fracàs de l’experiència republican no fou el de la democràcia ja que la vella oligarquia no dubtà en desestabilitzar les llibertats públiques per assolir els plantejaments del totalitarisme de caire feixista que es desenvolupaven per gran part de la Europa dels anys trenta del segle XX .

Pep Vílchez
Palma, 11 d’abril 201