Los gitanos

"Hace ocho días me quedé extasiado ante un campamento gitano que se había establecido en Rouen… Lo admirable es que a pesar de ser inofensivos como corderos excitaban el odio de los burgueses. Este odio se debe a algo muy profundo y muy complejo. Es el odio que se tiene al beduino, al filósofo, al poeta, y hay miedo en este odio. Este odio me exaspera, a mí que estoy siempre a favor de las minorías".


Gustave Flaubert (carta a George Sand).

Aún hoy, el origen de los pueblos gitanos se encuentra envuelto en el misterio y, en muchos casos, la fábula. Ya la propia palabra gitano se deriva de la errónea creencia de una supuesta procedencia egipcia. En el transcurso del tiempo se han sostenido insólitas ideas sobre su origen, entre ellas la de una supuesta vinculación con una de las tribus judías extraviada en su huída del cautiverio en el Egipto faraónico. Incluso se ha llegado a sostener la leyenda de ser una comunidad condenada a vagar por el mundo por haber sustraído los clavos del Cristo crucificado.

Lo cierto es que los orígenes de los pueblos rom (rhom) o romaníes se hallan inmersos en el terreno de las conjeturas y, entre las más verosímiles se sitúan sus ancestros en una zona ubicada entre la actual India y Pakistán aunque se desconocen las causas reales que determinaron su desplazamiento hacia el occidente europeo. Tal como pasó con el pueblo judío, los gitanos cargan con la estigmatización practicada por las comunidades estables que observan con prevención todos aquellos comportamientos ajenos a las identidades nacionales.

En esta temática, generalmente, se ha impuesto una visión integracionista de carácter asimilador la cual ha sido, en mi opinión, uno de los obstáculos que han dificultado su aceptación, ya que ello excluye un acoplamiento que respete aspectos de carácter identitario vinculados a su idiosincrasia. En este camino, las medidas tomadas por el presidente francés Sarkosy, que han determinado la expulsión del territorio galo de las comunidades gitanas procedentes de Rumania, abundan en el alejamiento de las vías propiciatorias a un acercamiento hacia una problemática visiblemente vinculada con la pobreza, la miseria, la segregación y el rechazo social.

Según fuentes del Banco Mundial, de los siete a nueve millones de ciudadanos gitanos existentes en Europa, unos 2 millones viven en Rumania. Este es, pues, uno de los países europeos que cuenta con una mayor número de gitanos y, a su vez, el lugar donde han sufrido mayor discriminación y persecución a lo largo de la historia. Baste decir que hasta 1864 no fue abolida la esclavitud gitana en suelo rumano. Tampoco podemos olvidar que entre los excesos de la barbarie del nazismo los gitanos fueron víctimas de una enorme crueldad ordenándose su internamiento y finalmente su ejecución en masa.

En nuestro país, donde reside una amplia y heterogénea comunidad gitana, poseemos muchos ejemplos de convivencia con las comunidades y personas de origen gitano aunque, evidentemente, aún pesan actitudes racistas y xenófobas. Así, podemos observar la escasa sensibilidad que acompaña a muchos de nuestros dirigentes, incluido el presidente de nuestro gobierno José Luis Rodríguez Zapatero quien ha optado por asentir ante las prácticas discriminatorias del presidente francés.

Pero el tono más agrio lo ha puesto la portavoz popular catalana Alicia Sánchez Camacho, con actitudes cercanas al Frente Nacional francés de Jean-Marie Le Pen como se demostró en su visita a los barrios rumanos de Badalona. En este caso, tanto el jefe del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy que se ha mostrado valedor de la actitud provocativa de su portavoz en Cataluña, como el propio gobierno de Rodríguez Zapatero se muestran más cercanos a los discutibles planteamientos del conservadurismo francés que a la valiente y loable posición de la Comisaria Europea de Justicia, la luxemburguesa Viviane Reding o la del propio Presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso.

Ni antes ni ahora, los reduccionismos integracionistas muestran utilidad efectiva como demuestra la tozuda realidad. Ni la segregación ni el rechazo son herramientas que deban utilizarse para generar un impulso que, partiendo del respeto escrupuloso a las identidades de los pueblos gitanos, posibiliten su paso hacia la modernidad de las sociedades multiculturales y al ejercicio de la plena ciudadanía fundamentada en el respeto hacia derechos individuales y colectivos, especialmente hacia las minorías étnicas, religiosas o lingüísticas.
29/09/2010

La crisis y el fin de la Historia

Suele ser frecuente atribuir a determinadas fechas un especial poder simbólico que nos indica un antes y un después. Así, cuando en noviembre de 1989 se produjo la caída del muro de Berlín y el consiguiente desplome del comunismo soviético algunos – Francis Fukuyama, 1992 – consideraron llegado el final de la confrontación ideológica entre los sistemas socialista y capitalista, augurando el fin de la Historia y el definitivo triunfo del neoliberalismo y del sistema capitalista.

Pero los acontecimientos no se fueron sucediendo de manera tan sencilla y la Historia, envidentemente, no sólo no finalizó sino que abrió nuevos escenarios iniciados, convencionalmente, con el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre del 2001, que dio paso al surgimiento del terrorismo yihadista como nuevo enemigo global y proporcionó una falsa excusa para las guerras de Irak y Afganistán, al tiempo que agravaba la desestabilización de buena parte del mundo islámico y el recrudecimiento del conflicto palestino.

Otra fecha se nos antoja inicio de una nueva realidad, de un nuevo escenario: el 15 de septiembre de 2008, que coincide con la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers y el inicio de una crisis financiera de gran magnitud que pone en entredicho el orden económico vinculado al neo-liberalismo el cual, de presuntamente infalible, ha pasado a mostrar su incapacidad parar crear una prosperidad estable y duradera. De nuevo aparece el fantasma de la desigualdad vinculada a una inestabilidad que toca de lleno la credibilidad del sistema,

Recientemente Joaquín Estefanía realizaba la siguiente afirmación: La especulación es el corazón de la actividad financiera, cambiaria o bursátil, no una excrecencia del sistema. (Crecimiento o barbarie, El País, 16/05/10),

Pues, bien, esos especuladores – referidos por Estefanía en su artículo - son los que ahora se mueven y lucran entre los vendavales financieros, acechando sobre la inestabilidad de los mercados bursátiles provocando situaciones extremas que, como sucedió en la primer semana de mayo, generaron espectaculares caídas de los mercados de valores con fuertes pérdidas auspiciadas por el fantasma de la crisis griega y la inconsistencia de economías frágiles como la española o la portuguesa.

Fue esta situación la que determinó la urgente reunión, el 10 de mayo en Bruselas, de los ministros de Finanzas de la zona euro en el denominado Consejo de Economía y Finanzas (Ecofin) a la cual asistió la ministra de Economía, Elena Salgado, quien explicitó a los medios de comunicación el interés comunitario en respaldar la moneda europea con la decisión de crear un fondo anticrisis de 750.000 millones de euros en defensa de la zona euro frente los ataques de los especuladores.

Se abría así la vía del “cambiazo” en la política del gobierno de Rodríguez Zapatero el cual, inmerso en la confusión y el desaliento, se apresura a utilizar las recetas del Fondo Monetario Internacional y las exigencias de sus socios europeos con el fin de recortar drásticamente el endeudamiento público, aplicando un ajuste duro en el marco preferente del recorte de los gastos de Estado.

La premura de las decisiones con altas dosis de improvisación colisiona con una realidad compleja cuyo origen se sitúa no sólo en los desajustes de la crisis financiera internacional y en el gasto público sino en las peculiaridades del espejismo creado por el “boom inmobiliario” que ha dado paso a la creación de una “burbuja” que ha arrastrado el déficit de la deuda privada de empresas, bancos y particulares, al límite de la catástrofe.

Ahora, las consecuencias de la era del ladrillo, la corrupción y la financiación irresponsable que tan bien personalizan determinados promotores inmobiliarios de sobra conocidos y los gerentes políticos del desarrollismo, las pagan los que menos tienen: pensionistas con emolumentos congelados, funcionarios con sueldos rebajados y el inexorable crecimiento de las tasas de paro fruto del retraimiento económico provocado por las medidas de contención propuestas por el gobierno y aprobadas por el parlamento con el escuálido respaldo del PSOE.

Por si fuera poco, el FMI – al igual que otras organizaciones, como la propia OCDE - , exige al gobierno una urgente reforma laboral que, como es de sobra conocido, tiene como objetivo prioritario una mayor flexibilización de los contratos de trabajo, el abaratamiento del despido y la desigualdad salarial entre grupos homogéneos hasta ahora vinculados a los resultados de la negociación colectiva. Con toda probabilidad, de ahí surgirá el inicio de una reforma aprobada al margen de la negociación entre los agentes sociales, decretada unilateralmente por el gobierno lo cual agudizará el conflicto social y propiciará la movilización generalizada de los sindicatos mayoritarios CC.OO y UGT lo que previsiblemente culminará con una convocatoria de huelga general.

Ante esta situación mucho se habla de implicar a los que más tienen, pero todo indica que no es más que una pantalla para ocultar el hecho de que el peso de los sacrificios recaerá sobre las clases populares: asalariados, parados y pensionistas.

Al mismo tiempo, el PP, principal partido de la oposición, no posee otra política que oxigenarse a través de los problemas del país y para tal objetivo no duda en aprovechar la desgracia de tantos y tantos para conseguir su único propósito, la conquista del poder político, al tiempo que intenta ocultar los efectos nocivos de los casos de corrupción que le salpican de manera persistente y generalizada incluyendo una presunta financiación ilegal del propio partido como apuntan los indicios investigados por la justicia en Valencia y Baleares y todo lo que se va conociendo de la trama Gürtel.

Pero, ¿tienen los gobernantes otros recursos que no sea asaltar los bolsillos de los que menos tienen? Seguro que si, pero eso no se improvisa. Expongamos un caso evidente: el fraude fiscal. Técnicos de la Agencia Tributaria sostienen que si España lograra bajar el fraude diez puntos porcentuales, lo que nos situaría en la media de la Unión Europea, significaría aflorar 90.000 millones de euros y recaudar 25.000 millones de euros adicionales, sólo por impuestos.

Pero la realidad es la que subyace en un país donde se calcula que el 80 por ciento de las operaciones con billetes de 500 euros son fraudulentas, no faltando ejemplos ilustrativos en las corruptelas locales, siendo el caso más significativo, por su relevancia, la aceptación en sede judicial, por parte del que fuera conseller de Economía y Hacienda y ex presidente del Govern Balear, Jaume Matas, de haber defraudado al fisco de manera suculenta y continuada.

Para aumentar los ingresos del Estado por la vía recaudatoria, persiguiendo el fraude, se necesita previsión y tiempo, el mismo que no se utilizó para atajar ese diferencial que tanto nos aleja de los modelos económicos y sociales más solventes de Europa y que obstruye y dificulta la implantación de un modelo de protección social imprescindible para el desarrollo de un de Estado del Bienestar consistente y viable.
Pep Vílchez
28/05/2010

Ay de los vencidos!

En los mismos inicios de la guerra civil española el corresponsal norteamericano Jan Allen publicaba - el 28 de julio de 1936 - en el Chicago Tribune una entrevista realizada en Marruecos al general golpista Francisco Franco. En un momento determinado de la misma el general afirmaba su voluntad de seguir adelante a cualquier precio, a lo que Allen contestó afirmando tendrá que fusilar a media España y, a reglón seguido, Franco movió su cabeza, sonrió y luego, mirándole fijamente, replicó: Dije a cualquier precio.

La voluntad exterminadora del jefe de los golpistas se vio culminada con creces. Al final de la trágica contienda, la voluntad de los resistentes republicanos no fue otra que evitar las represalias de los vencedores. Ninguna de las facciones republicanas consiguió sus objetivos. Ni los partidarios de la resistencia a ultranza encabezados por Juan Negrín ni los que abogaron por una capitulación vergonzosa consiguieren paliar la obsesión represora de los sublevados que desencadenaron una vengativa gestión de la victoria militar que perduró decenios. La represión fue amplia, profunda y largamente ejecutada, sin piedad. Los hechos son de sobra conocidos.

Hoy, cuando todavía los cuerpos de muchos asesinados moran en lugares desconocidos, en fosas comunes, muchos de ellos aún sin identificar, víctimas de un largo olvido, en la superficie siguen enseñoreándose del espacio público monumentos dedicados a la memoria de los vencedores con el objetivo de enaltecer sus gestas bélicas. Este es el caso del monolito de Sa Feixina dedicado al crucero Baleares.

La actitud pusilánime del consistorio palmesano – acompañada por un baile de informes de dudosa imparcialidad-, nos muestra el temor –¿será el mismo de siempre, el que acompañó al largo período de ignominia franquista, que aún pervive entre el imaginario colectivo? – que impide la ejecución de lo que la Ley de la Memoria Historia impone: la eliminación del monumento fascista de Sa Feixina.

No será en esta cuestión en la que el sentimiento democrático de la mayoría del consistorio palmesano haya brillando con más fuerza, al contrario será el símbolo de la vergonzosa persistencia de la sentencia atribuida a Tito Livio : ¡Vae victis!

Pep Vílchez
01/02/2010

El sainete italiano de García Ruiz

El 27 de agosto de 1936 arribaba al puerto de Palma el carguero Morandi procedente de Italia. A bordo del buque llegaron a la ciudad personal técnico y militar italiano entre los cuales se encontraba el experto aviador Luigi Cirelli – que había participado, junto a Italo Balbo, en el mítico vuelo Roma-Chicago en 1933 y que en realidad se llamaba Leone Gallo – quien se convertiría en jefe de la Aviación Legionaria Italiana de Baleares durante buena parte de la contienda civil.

Primeros pilotos-mecánicos italianos llegados a Mallorca

Entre el pasaje también viajó Arconovaldo Bonacorsi, jefe del Fascio de Bolonia, cruel escuadrista y hombre de confianza del Duce Mussolini, quien, tras hacerse llamar conde Aldo Rossí, protagonizó el liderazgo de la resistencia de la rebelión militar ante la comprometida situación generada tras el desembarco republicano en las
costas cercanas a Manacor.

Miting de Rossi en Manacor, a su izquierda: Alfonso de Zayas

El Hotel Mediterráneo fue testigo de la estancia del pintoresco personaje y Mallorca testimonio de las consecuencias de las sanguinarias consignas del impostor italiano: ¡Tutti i rossi fucilati¡ Julià Adrover, sacerdote teatino, sirvió de traductor y acompañante al organizador de los llamados Dragones de la Muerte, formación para-militar compuesta por un nutrido grupo de escopeteros.


La instantánea nos muestra al grupo paramilitar denominado Los Dragones de la Muerte

Pero el material más preciado se hallaba en las bodegas del Morandi. Allí, desmontados, se hallaban tres modernos cazas CR-32 y tres hidroaviones bombarderos Savoia-51. Durante toda la noche se trabajo duro en el montaje de los aparatos. A la mañana siguiente Luigi Cirelli hizo su primera aparición en el cielo de Porto Cristo anulando la supremacía área de los hidroaviones republicanos que se mostraron impotentes ante el desigual encuentro.

La aviación italiana sobrevuela la isla de Mallorca


Desde entonces la presencia militar italiana no dejaría de crecer jugando un papel determinante ya que desde los aeródromos mallorquines se acosó permanentemente la zona republicana levantina y catalana con un cruento saldo de destrucción y muerte.

Además de los aviones, el Moradi trasportó combustible, ametralladoras tipo Breda, munición artillera antiaérea, y un nutrido cargamento de bombas y otros pertrechos militares. Con la llegada del buque tomaba cuerpo la decisión de Benito Mussolini de arropar a los militares sublevados en Mallorca y, así, adelantar la toma de una pieza estratégica a manos del fascismo italiano en el Mediterráneo occidental, lo que no pasó desapercibido en Francia e Inglaterra.

Unos días después, a primera hora de la mañana del 31 de agosto, tuvo lugar una reunión a bordo del crucero italiano Fiume, anclado en la bahía de Palma. Según testimonio de uno de los asistentes -el teniente coronel Luís García Ruiz-, por indicación expresa, los asistentes fueron de paisano para no levantar sospechas en el crucero inglés, presente en las mismas aguas en funciones de vigilancia fruto del acuerdo de No Intervención, accediendo al buque por la parte que no podía ser avistada desde el navío británico.

En el referido encuentro, junto a los italianos Margottini, Aldo Rossi, Cirelli y De Francesco, participaron, entre otros, Juan March Servera, Mateo Torres Bestard, el notario Arranz, García Ruiz y el jefe de Falange Alfonso de Zayas. En la reunión, se adoptó la estrategia militar sugerida por el mando italiano el cual se hallaba firmemente comprometido con los rebeldes.

La primera aseveración que partió de los labios de comandante Margottini, al mando del crucero italiano, fue advertir que aquella reunión nunca había tenido lugar. Tras exigir el relevó del mando de las tropas del frente de Manacor aprestó a que con urgencia se procediera a la movilización de todas las reservas y milicias de la isla. A Margottini se le hizo saber, a reglón seguido, que en la noche anterior había sido destituido el coronel Ramos Unamuno del mando de la defensa militar de la zona del desembarco para ser sustituido por el propio García Ruiz.

La expedición republicana, organizada desde Barcelona por el gobierno de la Generalitat y el Comité de Milicias Antifascistas y comandada por el capitán Alberto Bayo, se hallaba sentenciada. Una operación improvisada – como casi toda la inicial resistencia frente a los militares golpistas – se vio sorprendida ante la presencia de modernos aparatos pilotados por expertos aviadores lo cual complicó la ya de por sí compleja operación.

La hazaña del teniente coronel de ingenieros García Ruiz no fue otra que situarse al frente de la defensa militar en el momento oportuno en que se abría paso la nueva realidad forjada por la presencia italiana. Posteriormente, el coronel Ramos Unamuno, junto con otros destacados militares, seria encausado y condenado por las autoridades rebeldes.

El teniente coronel Luis Garía Ruiz, medalla en pecho


Las circunstancias vividas en Manacor y las poblaciones circundantes extendieron la práctica de una feroz represión. Todos los que poseían significación republicana fueron fieramente perseguidos siendo muchos de ellos vilmente asesinados en una orgía de muerte que tuvo como escenario preferente el cementerio de Son Coletes. La isla tembló ante la crueldad de los sublevados y el terror que incita al olvido se extendió en el tiempo hasta tal punto que, aún hoy, hay quien clama por sepultar a las víctimas del olvido cuyo recuerdo surge inexorable entre las gentes de bien.

El conde Rossi desfila a caballo por las calles de Palma


 Tras el reembarco de las fuerzas del capitán Bayo, la pírrica victoria fue aireada por las calles de Palma organizándose un vistoso y entusiástico desfile donde no falto la destacada presencia del conde Rossi encaramado a lomos de un vistoso corcel.

Bien seguro que entre los protagonistas de aquel evento se hallaban buena parte de los, que asistieron al fusilamiento público del alcalde republicano de Palma Emili Darder, del diputado y dirigente socialista Alexandre Jaume, del alcalde de Inca Antoni Mateu y del potentado republicano Antoni Maria Ques, acto que fue clamorosamente aplaudido por los que presenciaron el asesinato en el cementerio de Palma.

Ahora, el pleno del Ayuntamiento de Manacor, por acuerdo de los partidos con representación en el consistorio, ha dispuesto dejar sin efecto los títulos de honor concedidos al dictador Francisco Franco y al teniente coronel Luís García Ruiz. Justa decisión que sin duda ayuda a reconciliar al presente democrático con los valores de la libertad y la justicia.

Pep Vílchez
08/05/2009

En cumplimiento de la Ley

La Asociación de la Memoria Histórica ha trasmitido al Ayuntamiento de Palma su “desánimo” ante la pasividad y silencios del consistorio palmesano ante las demandas de una entidad entre cuyos objetivos está el remover los obstáculos que dificultan la aplicación de la Ley de la Memoria.

En este contexto es de especial relevancia todo lo que se refiere a la persistencia en espacios públicos de elementos simbólicos cuyo origen está en la voluntad de magnificar la victoria del fascismo sobre una buena parte de sus propios conciudadanos condenados a sufrir represión, silencio y olvido.

En cualquier caso, todo parece indicar que la mayoría política progresista que gobierna el Ayuntamiento de Palma sostiene una actitud confusa o, más propiamente, timorata, en las actuaciones relacionadas con la aplicación de lo dispuesto en la Ley de Memoria Histórica.

No obstante, la disposición legal es clara: “las administraciones públicas tomaran las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. (Art. 15)

En consecuencia con lo expuesto: el monolito dedicado a los llamados Jinetes de Alcalá, construido en reconocimiento a un grupo de oficiales golpistas que jugaron un papel determinante en el triunfo del golpe militar en la Mallorca de 1936, y por extensión “a todos los que tan heroicamente lucharon y consiguieron salvar esta isla del dominio rojo”, debe desaparecer. Con su desaparición se trata de propiciar la apertura de espacios ciudadanos de concordia sin que sea necesario ningún quid pro quo, como algunos han sugerido, al querer evocar en el mismo lugar y con el mismo elemento, a los funcionarios municipales represaliados por el franquismo.

Por otra parte, es preciso seguir denunciando el hecho de que en el callejero de Palma persisten referencias simbólicas estrechamente vinculadas al régimen franquista. El hecho bien pudiera obedecer al desconocimiento de los acontecimientos históricos que suele caracterizar a muchos políticos o sencillamente a cierta parsimonia que nos hace dudar de la existencia de una verdadera voluntad política de poner fin a esta situación discordante con los más elementales principios democráticos.

Sin ir más lejos, Julio Ruiz de Alda, acompañante de Ramón Franco en la travesía trasatlántica del Plus Ultra, continúa gozando de espacio en el callejero sin que quepa duda que tal razón tiene su origen en su papel como fundador de Falange Española.

Existen otros personajes que sostienen protagonismo en espacios públicos por obra de méritos de guerra, entre ellos se encuentra Joaquín García-Morato -experto piloto de guerra del bando rebelde. Incluso continúa existiendo una calle dedicada a Ramiro Ledesma Ramos, destacado teórico del nacional-sindicalismo y entusiasta defensor del régimen nacional-socialista alemán.

Entre los aspectos más llamativos de persistencia simbólica inadecuada está el de José Alemany Vich que da nombre a una calle de Palma por unos méritos vinculados a sus servicios de carácter militar prestados en el Este europeo. Alemany Vich actuó como oficial miembro de la División Azul durante la Segunda Guerra Mundial, a las órdenes de la Wehrmacht, con juramento expreso de fidelidad a Adolf Hitler, compromiso que adquirieron todos los que formaron parte de la expedición divisionaria.

En este caso no se puede obviar que, aunque el protagonista, lamentablemente, perdiera la vida, formaba parte como oficial de unas fuerzas militares cuya actuación se situó en un frente de guerra en cuyos aledaños se encontraba una ciudad -entonces llamada Leningrado y hoy San Petesburgo- en la cual fallecieron más de un millón de personas –frío, hambre y guerra- como consecuencia de un asedio inhumano que duro más de 900 días.

Seria, pues, conveniente que el consistorio que preside la señora Aina Calvo hiciera concordar sus actuaciones públicas con el mismo espíritu reivindicativo que llevo a muchos de sus compañeros -que hoy forman parte de la mayoría municipal- a participar, cuando no gobernaban, a la cabeza de múltiples actos y manifestaciones que expresaban la necesidad de limpiar la ciudad de simbología fascista.

Pep Vílchez
11/06/2009

Bajo sospecha

No me extraña que en los ambientes populares exista clima de persecución. No hay para menos ya que es un hecho real que les afecta y toma cuerpo a través de la acción derivada del cumplimiento del deber por parte de fiscales, policía y jueces en búsqueda de actuaciones de carácter delictivo de cuya existencia constan claros indicios.

Una reiterada y persistente serie de evidencias nos demuestra que las irregularidades han concurrido en la gestión política de los populares de Baleares. Con mayor o menor grado delictivo, son hechos constatados -de Hidalgo a Rodrigo de Santos y de Escala a Espada- que han ido generado un continuo de situaciones con una variopinta variedad de anomalías que han derivado en públicos escándalos de notoria repercusión.

A estas alturas es necesario y razonable exigir que no se nos engañe más. Que se esclarezca lo que se tenga que aclarar y se deje de presionar para escabullir el bulto. Es hora de que el máximo responsable del desaguisado, Jaime Matas, comparezca y hable en el lugar que le corresponde: ante la Justicia.

Por su parte, el Partido Popular Balear ha de depurar responsabilidades entre sus filas, pero debe ser incuestionable que no han de ser los implicados activos o pasivos los que tienen que dirimirlas. El Partido Popular debe ofrecer nuevas caras que den credibilidad a sus actuaciones. Pero, lamentablemente, la actuación de los populares, hoy por hoy, alimenta la sospecha de que los movimientos de la cúpula –y no tan cúpula- popular balear son sólo parte de una estrategia netamente defensiva.

Estrategia defensiva que rige también la actuación del Partido Popular en los casos de corrupción que le afectan en el resto del Estado. En este contexto, ha tomado especial relevancia todo lo que se refiere al llamado caso Gürtel que pone en solfa la honorabilidad de la gestión vinculada con los niveles más elevados del partido. En demasiadas ocasiones observamos como en todo lo concerniente a éste caso se intenta cambiar la condición de sospechosos por la de víctimas de una persecución. A esa táctica no han tardado en sumarse los populares baleares despreciando la magnitud de sus irregularidades.

La última prueba de cómo se intenta enturbiar el ambiente y crear confusión, generando una reiterada cortina de humo, la hallamos en el tema de los espionajes, muy de moda tras los “éxitos” de nuestros agentes en Cuba. En Madrid la manía del fisgoneo ilegal ha propiciado un juego de escuchas y seguimientos entre miembros del mismo partido, populares todos. Es lícito suponer que si entre ellos utilizan ese tipo de prácticas ¿qué prácticas estarán dispuestos a realizar en contra de los otros, los que no son de su partido, los que ejercen una enojosa oposición?

Al hilo de lo comentado, cabe incluir el tema de las recientes declaraciones de María Dolores de Cospedal, quien ha denunciado que su partido es víctima de espionaje a la vez que reo de una actuación adversa intencionada por parte de los poderes públicos, presumiblemente controlados por el partido del gobierno y parte de una operación de acoso y derribo contra el PP.

La gravedad de estas acusaciones no viene acompañada por prueba alguna siendo lo más irritante que el eco de su osadía provoque la continuación de la idea a través de Javier Arenas con remate de Mariano Rajoy. La reacción popular no ha dejado de provocar un sonrojo general que ha provocado una airada reacción en el ámbito judicial y policial Todo el mundo sabe que las acusaciones delictivas deber ir directamente a manos de la justicia y de no ser así, se incurre en calumnia.

Paradójicamente, volviendo a Baleares, lo innegable es que Jaume Matas ha gozado de cierta protección por parte del fiscal general del Estado, Conde-Pumpido, quien ordenó archivar las diligencias informativas que se tramitaban en la fiscalía Anticorrupción de Balears sobre su incremento patrimonial. Tampoco parecen poseer mucho ánimo persecutorio las instrucciones emitidas por el delegado del gobierno, Ramón Socias, sobre el trato diferenciado que en dependencias policiales debían recibir los encausados por el llamado caso Espada vinculado al Palma Arena, ya que más bien denotan voluntad de enfriar el ambiente y dulcificar situaciones incómodas que otra cosa.

No sé si en este último caso fue correcto el trato policial hacia los detenidos. La verdad es que cualquier imagen de una persona esposada me resulta desagradable, tal vez como reminiscencia de mi aversión hacia aquellos que antaño esposaban por cualquier cosa. Pero lo cierto es que, con independencia de estos aspectos formales, el verdadero problema está en la actuación pública en el proceso de construcción del Palma Arena. Y en ese tema, los ciudadanos tenemos el derecho a saber porqué – un porqué minucioso – el presupuesto se engordó de la manera que lo hizo.

El dinero público no es sólo de nuestro interés porque procede de nuestro bolsillo, del de todos. El uso de los caudales públicos deber realizarse bajo una percepción de interés general ya que lo sustraído o malgastado va en detrimento de los beneficios colectivos que los ciudadanos esperamos recibir de cualquier gobierno.

Entre la derecha y la izquierda, entre un partido u otro, puede discutirse sobre el destino de las inversiones o la percepción de prioridades, al poseer sensibilidades diferenciadas sobre la idea del interés común pero, en ningún caso, se puede tener complacencia ante un saqueo de las arcas públicas cuya dimensión cada vez toma características más profundas y generalizadas.

Si todos estos escándalos no llegan a erosionar el apoyo electoral hacia el partido responsable sólo es debido a la existencia de una insensibilidad social impermeabilizada ante la realización de todo tipo de tropelías, lo cual no deja de ser altamente preocupante por lo que atañe a la salud democrática de nuestra sociedad.

En fin ... ahora sólo nos falta que vuelva Jaume Matas y nos lo cuente todo ya que sin él demasiadas cosas carecen de sentido.

Pep Vílchez
17/08/2009

Sombra aquí, sombra allá

En un clima de evidente indignación ciudadana, en un contexto de descreimiento generalizado hacia la política y los políticos, continúan aflorando en nuestra comunidad nuevos datos, procedentes de investigaciones policiales y de la Agencia Tributaria, que relacionan a altos cargos de Unió Mallorquina con presuntas anomalías de carácter delictivo que han provocado el surgimiento de un nuevo paquete de imputaciones vinculadas al caso denominado Operación Maquillaje.

Estos hechos se agregan a un complejo panorama, de difícil solución, que implica una indudable desestabilización de la gobernabilidad de las principales instituciones insulares, al estar imputados miembros del Govern y del Parlament Balear –incluida su presidenta–, del Consell Insular de Mallorca y del Ayuntamiento de Palma.

La extensión de las sospechas, acumuladas en distintos casos, afecta a un nutrido grupo de cargos públicos hoy imputados procedentes de las filas del Partido Popular y de Unió Mallorquina, lo cual nos muestra la faz de una legislatura, –la que pilotaron Jaume Matas desde el Govern Balear, Maria Antonia Munar, desde el Consell Insular y Catalina Cirer, desde el Ayuntamiento de Palma–, que no puede dejar de calificarse como vergonzosa y calamitosa.

Ellos son los máximos responsables políticos de la escandalosa experiencia vivida y los partidos que les dieron cobertura el vehículo imprescindible para dar pie a la situación comentada. Sobre ellos debe caer la responsabilidad de la vergüenza acumulada, día tras día, en un sinfín de irregularidades de puro escalofrío. Las víctimas: todos los ciudadanos y un Pacto de Progreso al que no han dejado gobernar arrastrándolo hacia la impotencia.

En su día, los resultados electorales proporcionaron un mapa político balear endiablado y que ofrece escasas posibilidades a la hora de encauzar la crisis institucional existente. La herencia de la pasada legislatura aparece como un inmenso lodazal del cual no dejan de surgir deformidades que ponen en tela de juicio la honorabilidad de buena parte de los políticos que la protagonizaron, con especial relevancia y protagonismo de los miembros dirigentes de las formaciones señaladas.

Hoy, tanto el PP como el PSOE carecen de la representatividad suficiente como para gobernar las principales instituciones en solitario, y, no es difícil adivinar, que un pacto PP-PSOE seria añadir mayor confusión e inestabilidad al no poseer ni respaldo popular ni credibilidad política. De producirse un pacto contra natura, el PSOE, sus dirigentes, abrirían la puerta a un escenario donde un partido con múltiples escándalos e irregularidades en su haber, limpiaría sus impurezas lo que facilitaría su vuelta al poder en el 2011 y, a su vez, dejaría en la estacada a sus socios, el Bloc per Mallorca, el cual si algo posee en su ejecutoria es la evidente honestidad de sus cargos públicos.

Unió Mallorquina continúa situada en el fiel de la balanza y, esta posición intermediaria, la misma que ha posibilitado otorgar un inmenso poder a su menguado grupo, continúa ensombreciendo y lacerando la vida política insular. En la solución de la crisis provocada por esas derechas, continúa pesando ese inmenso poder arbitral que la aritmética electoral ha otorgado al escuálido partido de la señora Munar y, de la misma manera que ese poder puede haberse utilizado para desarrollar actividades ajenas a la Ley, ahora puede ser utilizado para desestabilizar todas las instituciones donde se posee peso específico como instrumento defensivo de aquellos que están en el punto de mira de la justicia. Pero el principio del fin nos anuncia el único final razonable: que caiga sobre ellos el descrédito y todo el peso de la Ley.

Si Unió Mallorquina fuera lo que dice ser –un partido nacionalista– sacrificaría sus responsabilidades institucionales para facilitar una solución que permitiera finalizar con este bochornoso espectáculo. Y eso sólo es posible retirando de la vida pública toda –si, toda– la cúspide dirigente sospechosa de cometer numerosas irregularidades y, entonces, podría ser posible rehacer el buen nombre de nuestras instituciones democráticas y centrar los esfuerzos de nuestros representantes en la urgente tarea de trabajar en pos de los intereses generales y, primordialmente, hacer frente a los graves problemas derivados de la crisis económica que provocan paro y miseria a un buen numero de ciudadanos.

UM debe renovar profundamente sus estructuras y ofrecer nuevas caras que puedan pasar la prueba del algodón de la honradez. De lo contrario, lógico seria que los ciudadanos, los electores, tomaran buena nota y en las próximas contiendas electorales les situaran donde merecen: en el basurero de la historia.

Pep Vílchez
08/12/2009

Aznar y el apocalipsis climático

Recientemente, Ivo de Boer, secretario de la ONU sobre el clima, ha reprendido públicamente al ex presidente del gobierno español, José María Azar, por sus manifestaciones negando la trascendencia de los efectos del cambio climático. Sin pelos en la lengua De Boer ha sentenciado: Aznar pronto verá el Sáhara por su ventana si no se actúa contra el cambio climático.

Si en su momento fue Mariano Rajoy quien, a través de unos criterios aprendidos de un primo suyo, minimizó los efectos del calentamiento global – que afecta a medio planeta - es ahora el controvertido ex presidente popular quien se sumerge en la disputa al considerar que el que se dediquen recursos al fenómeno es científicamente cuestionable.

Las manifestaciones de Aznar se dieron en el contexto de la presentación del libro Planeta Azul (no verde) del presidente checo Vaclav Klaus, en el cual se defienden tesis negacionistas en relación a los efectos del calentamiento global. En dicho acto, en línea con el autor señalado, Aznar critico a los que denominó abanderados del apocalipsis climático.

Si turbio era ya el perfil político de Aznar cabe señalar que su contorno siniestro crece de manera sostenida. De la mentira pura y dura de las “armas de destrucción masiva” como excusa para la invasión y guerra de Irak, pasando por la utilización electoralista de trágico atentado del 11M hasta llegar hasta la complacencia con la utilización del espacio aéreo español para el ilegal traslado de presos al ignominioso campo de concentración de Guantánamo – con lo que supone de complicidad con una de las vergüenzas más reseñables del nuevo siglo – sólo le faltaba llegar a negar la necesidad de que los gobiernos dediquen recursos y esfuerzos a paliar los efectos destructivos del cambio climático para redondear su opaca imagen.

Por suerte para todos, la época de Bush y Aznar ha pasado a la historia y nuevos vientos se abren camino allá en norteamérica con la llegada de Obama y aquí con el nuevo, aunque insuficiente, sesgo que el gobierno de Rodríguez Zapatero ha impregnado a la hora de enfrentarse con los graves retos que la globalización ha emplazado.

Criticar el que se destinen miles de millones de euros para revolver un problema que, según Aznar, quizá tengan o no nuestros tataranietos es una más de las irresponsables contribuciones que el significado personaje aporta a la ceguera política y al despropósito reaccionario.

Por todo ello, cabe señalar que, José María Aznar, pese a contar con el inestimable respaldo de su esposa, Ana Botella, la cual, para mayor escarnio, ocupa la plaza de delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, atesora una creciente animadversión que le manifestamos todos aquellos que poseemos un atisbo de indignación hacia el desprecio que los Aznar, Botella o Vaclav Klaus manifiestan hacia los efectos negativos del galopante deterioro del medio ambiente o hacia el incuestionable respeto por la estricta aplicación de los derechos humanos.

Pep Vílchez
19/12/2008

El destino de Jaume Rebassa, una incógnita que quedó pendiente.

Al ultimar su relato – Mi odisea, 1936-1943 - , Juan Matas Salas da cuenta del destino final del grupo de mallorquines que en agosto de 1939 partieron de la isla en una embarcación, huyendo de las represalias que los vencedores de la contienda infligían sobre los vencidos.

El 22 de febrero de 1935 moria en Palma Llorenç Bisbal. La Comisión Ejecutiva de la UGT de Baleares, en el cementirio de la ciudad, en el velatorio de los restos mortales del histíorico dirigente socialista. En el fondo de la imgen: Jaume Garcíes Obrador, Jaume Rebassa y Ignasi Ferretjans


El temor de los evadidos no era superficial ya que, en aquellas fechas, una vez finalizada la guerra civil, los pelotones de fusilamiento no habían dado todavía por acabada su criminal ejecutoria. Así, en la nochevieja de 1938 eran detenidos por un grupo de falangistas Gabriel Mas y Margarita Ripio, y con ellos el que fuera destacado dirigente del socialismo balear y último presidente republicano de la Diputación Provincial, Jaume García Obrador, recientemente nombrado hijo predilecto por el Consell de Mallorca.

La presente fotografía es uno de los testimonios gráficos más significativos del perído republicano en Mallorca. En una posición central observamos la presencia de Gabriel Alomar Villalonga, político e intelectual y principal exponente del pensamiento progresista, republicano con una clara orientación catalanista. En ambos lados del personaje encontramos a los máximo exponentes del republicanismo y del socialismo local: Francesc Julià y Llorenç Bisbal franquedaos por Tomás de Rentería y Antoni Pou. De pie, tras ellos, Jaume Bauzà, Jaume Rebassa, Ignasi Ferretjans, Josep Porta, Joan Monserrat Parets, Jaume Garcia Obrador, Vicente Roig y Vicente Tejada. La imagen fue tomada en abril de 1932


Jaume García Obrador fue fusilado en el cementerio de Palma el 4 de agosto de 1939, meses después de acabada la contienda. Éste había logrado subsistir, durante tres largos años, en diversos escondites hasta ser acogido por el matrimonio con el que fue detenido y procesado en un consejo de Guerra celebrado en la Escuela de Artes y Oficios de Palma, el 10 de mayo de 1939. Los tres fueron acusados de auxilio a la rebelión.

En Mi Odisea, Juan Matas nos narra cómo, en el mismo mes y año en que fue fusilado García Obrador, un grupo de nueve republicanos de orientación socialista, que al igual que éste habían conseguido ocultarse a lo largo de la guerra, decidieron abandonar la isla, de manera clandestina y con suerte desigual para sus protagonistas entre los que se encontraba el autor de la obra citada.

Cuenta Joan Matas como el 19 de agosto de 1939 partieron, desde Camp de Mar, en una embarcación de pesca, con la ilusión de arribar a las costas argelinas. El trayecto sucedió con poca fortuna ya que, tras averiarse la nave, fueron recogidos por un buque italiano que les trasportó hasta el puerto de Civitavecchia y de allí fueron conducidos a la cárcel romana de Regina Coeli para ser posteriormente trasladados a la isla de Ventotene, finalizando su reclusión, en 1943, en trágicas circunstancias, en el campo de prisioneros de Renicci. En diciembre de este mismo año, tras la caída del régimen fascista de Mussolini, regresaban a Palma cuatro de los nueve integrantes de la fuga, habiendo acertado en huir, en momentos de desconcierto, de su reclusión en Renicci.

Entre los que partieron de Mallorca, dos se quedaron en el camino. Uno, José Matas, fallecido de enfermedad tras la liberación aliada de parte de la península italiana, el otro, Jaume Rebassa, dejando su última pista en el campo de prisioneros de Renicci, en Anghiari, al restar en manos de los guardianes del campo.

En 1956, Juan Matas volvió a Italia para indagar sobre el destino de Rebassa, bajo la suposición de que éste murió liquidado por los alemanes cuando se retiraron en 1944, arrasándolo todo, especialmente los campos de concentración.

Tal suposición no estaba alejada de los hechos, ya que, en realidad, Jaume Rebassa, según los datos aportados recientemente por la historiadora Elena Rodríguez a los familiares del desaparecido dirigente socialista, tras pasar por diversas localizaciones – su nombre consta en el memorial de Flossenbürg – finalizó su trágica trayectoria, en uno de los campos exteriores de Buchenwald, Dora cerca de Nordhausen. En este campo, los prisioneros tenían que realizar duros trabajos forzados en la construcción de unos túneles que se utilizarían para la producción armamentística. Allí falleció Rebassa el 24 de diciembre de 1943.

Taller subterráneo donde se fabricaba el cohete V-2 en Dora, Buchenwald


Jaume Rebassa, de profesión zapatero, hombre de acusado bagaje intelectual, al igual que otros dirigentes obreros de formación autodidacta – Llorenç Bisbal, Ignasi Ferretjans o Jaume Garcia eran de extracción humilde – desarrolló un amplio protagonismo en los puestos de dirección del socialismo balear. Desde su tarea en la sociedad La Igualdad y en la Federación de las Sociedades Obreras, de las que fue secretario hasta asumir la secretaria de la Unión General de Trabajadores en 1926, llegando a formar parte, en abril de 1931, de la Comisión Gestora que se hizo cargo del Ayuntamiento de Palma al proclamarse la República siendo su última responsabilidad la de director del semanario socialista El Obrero Balear, en 1936.
 
Portada del semanario socialista El Obrero Balear

Hubo otros republicanos que intentaron la vía marítima como ruta de salvación ante el terror generalizado impuesto por los golpistas, algunos, como los integrantes de la expedición que partió de Porto Colom el 20 de julio de 1936 hacia Menorca -de la cual formaba parte el alcalde republicano de Felanitx, Pere Oliver Domenge-, consiguieron alcanzar sus objetivos y salvar la vida, mientras que otros, como fue el caso de Martí Vicens Bonjesús, aún consiguiendo arribar a las tierras seguras de la vecina isla, no consiguió escapar al acoso de los sublevados ya que fue capturado al ser interceptado el Ciudadela, navío que le portaba hacía Barcelona procedente de Maó, por el crucero Canarias siendo seguidamente trasladado a Mallorca donde fue fusilado el 21 de noviembre de 1936, nueve días después de su captura.

No deja de ser paradójico que, aún hoy, después de tantos años, sepamos el destino de muchas víctimas – como nos muestra el caso de Jaume Rebassa - a través del esfuerzo particular de estudiosos e historiadores o de asociaciones para el rescate de la memoria, cuando en realidad debería tratarse de un deber inexcusable de las instituciones del Estado: saber de los seres humanos desaparecidos, así como dar cumplida sepultura a los fallecidos. Sin duda, el Estado democrático debería haber asegurado la localización de los desparecidos y el justo entierro en cementerios de los cadáveres esparcidos, en fosas comunes cuando no en las cunetas de los caminos, cumpliendo con un deber humanitario hacia los que, en definitiva, fueron, en su mayor parte, sus más fieles defensores.

Jaume Rebassa quedará protegido por la memoria democrática que acusa a sus verdugos de la Alemaniza nazi de realizar crímenes contra la humanidad, pero su localización bien pudiera haber sido en cualquier otro lugar de la piel de toro ensangrentada o en cualquier paraje de nuestra isla. En este caso, sería víctima de un delito común, en aplicación de los peculiares criterios defendidos por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, al presentar, ante el pleno de la Sala Penal, un recurso de apelación contra la decisión del juez Baltasar Garzón de iniciar un proceso a los máximos responsables del franquismo por un delito de crimen contra la humanidad.

Lo que no debe dudarse es que, con independencia de las consideraciones formales que intentan justificar la renuncia del juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, a continuar con la causa abierta contra los máximos responsables del régimen del general Franco, el franquismo actuó de manera ignominiosa, persiguiendo a sus víctimas con ánimo de forzar su desaparición física y política, ejecutando una represión que por su magnitud sistemática, persistencia en el tiempo y extrema crueldad está indisolublemente amalgamada con la que realizaron quienes cometieron crímenes contra la humanidad.

Pep Vílchez
20/11/2008

La cançó del Cola-Cao

Un dels personatges més característics de l’entorn dretà que envolta el batle de Calvià, Carlos Delgado, i habitual comentarista defensor de les essències que formen el còctel reaccionari de l’ala dura del Partit Popular balear no ha dubtat a manifestar públicament que sentia «horror, asco e indignación» davant els escàndols coneguts a Mallorca. No n’hi ha per menys. No hi ha cap dubte que el veredicte del comentarista connecta amb la majoria de l’opinió pública, que comparteix les mateixes sensacions davant l’embolic organitzat als jardins de la casa popular.

Si observam l’origen de tan esfereïdora autocrítica, resulta que ens traslladam a l’entorn del Partit Popular més retrògrad que es recorda i que, en molts aspectes, ens retrotreu als temps d’Arias Navarro. Capitanejant l’encapçalament bronquista es troba el molt particular Carlos Delgado, defensor d’una sèrie de postulats de caràcter historicolingüístic dignes de ser recollits en l’antologia del disbarat.

No obstant això, sembla que no tot està perdut, ja que l’actual cúpula popular —encapçalada per Rosa Estaràs— manifesta sentir-se amb ànims d’enfrontar-se a la situació. Però, alerta!: la presidenta diu que només es fia del seu marit i dels seus fills. Vaja papereta!

Així, des de la convicció tan desmoralitzadora, es nomena un comitè d’honor, presidit per un dels pròcers de la dreta local —don Román Piña Homs—, i tot seguit es passa a acusar els altres de no fer com ells, que suspenen de militància els seus càrrecs implicats i creen comitès per vetllar per la integritat moral de la seva organització. Estratègia de la defensa: ventilador i cinisme per exculpar-se d’un vergonyós espectacle, la responsabilitat del qual és exclusiva dels seus protagonistes i dels que han permès, tolerat o encoratjat aquestes situacions.

Pel que fa a la decisió presa pel Partit Popular balear de personar-se com a acusació particular en els casos CDEIB i Turisme Jove, cal dir que, efectivament, pot obeir a una sobrevinguda voluntat de perseguir el desordre generat per la corrupció, encara que afecti l’organització popular, que és on ha trobat major acolliment a les Balears. Al cap i la fi, la tasca que centra l’interès de la dreta no és la corrupció —encara que sembli increïble— sinó l’exercici del poder polític en benefici de les seves múltiples i heterogènies causes, entre les quals no és absent l’interès pel lucre personal. Però la imatge corrupta no és rendible(ni rentable)electoralment, ja que l’allunya del poder.

Essent això aparentment així, no ha passat desapercebuda la sospita que en realitat l’interès de personar-se judicialment seria conèixer el contingut de la instrucció judicial per poder detectar-hi el grau d’amenaça que les indagacions puguin suposar per a destacats militants del partit que acapara l’escenari d’allò corrupte.

Per si no n’hi hagués prou, els càntics que amenitzen les hores al Jutjat número 4 de Palma han pujat de to fins a tal punt que l’exconseller de Comerç del Govern de l’absent Jaume Matas, l’actual diputat autonòmic Josep Juan Cardona, serà requerit per sumar-se a la coral que escenifica el cas Scala, cosa que obrirà el camí a noves interpretacions que puguin suggerir una notable ampliació de l’elenc melòdic i aproparà l’hora de la irrupció en un rabiós directe de l’eminent director de l’orquestra, qui després de la fuga ben bé podria interpretar una bona cantata.

En fi, passi el que passi i succeeixi el que succeeixi, no hi ha cap dubte que educació per a la ciutadania és una assignatura que s’ha d’impartir sense vacil·lacions i de manera seriosa i compromesa, encara que només sigui per inculcar entre les joves generacions uns valors cívics col·lectius que representen un denominador comú compartit i que afecten la pràctica d’uns comportaments que sostenen les bases de la convivència en una societat moderna i civilitzada.

Pep Víchez
08/10/2008

No se metan en política

Una de las frases más célebres que se atribuyen al ínclito Caudillo Francisco Franco, es aquella que reza algo así como haga usted como yo: no se meta en política. Efectivamente, en tiempos del generalísimo no había política. De hecho, en aquellos tiempos, no había ni izquierdas ni derechas. La derecha lo es en relación a la izquierda y viceversa y dado que en aquel Paraíso Terrenal todo era derecha, al no existir la izquierda la derecha perdía su sentido existencial y, políticamente, se esfumaba. No había política, no había políticos y todos, desde un mismo color, armónicamente, atenazaban los controles del Estado en todas sus vertientes y, plácidamente, los que podían, sin observadores, ordeñaban felizmente las arcas públicas.

En los tiempos de la masiva despolitización, el interés por la política suponía la existencia de un cierto grado de conciencia política de la cual se deducía una actitud de interés altruista por la cosa pública y por las fórmulas de buen gobierno inexorablemente vinculadas a los derechos e intereses de la mayoría de la población. La participación política desinteresada, además, se ejercía ante la indiferencia de la inmensa área despolitizada que se desentendía de las actividades del Estado represor, autoritario, arbitrario y anti-democrático del cual formaba parte la nomenclatura de la dictadura franquista.

Varias generaciones vivieron bajo este fenómeno que se alargó en el tiempo casi cuatro décadas y que ha lastrado la educación cívica de generaciones posteriores, no siendo extraño, pues, que sea desde los círculos más conservadores donde se manifiesta una frontal oposición a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que tiene como objetivo primordial inculcar, desde el mundo docente, la cultura del civismo político y social a las nuevas generaciones.

Por otra parte cabe subrayar la presencia en nuestra sociedad de una tradición ética y democrática vinculada a las generaciones que vivieron intensamente el anti-franquismo y la transición hacia la democracia y que hunde sus raíces en la tradición liberal y progresista cuyos postulados se encuentran en el espíritu de la Ilustración y especialmente reflejados en la constitución liberal gaditana de 1812 y culminados en los períodos republicanos verdaderos antecedentes de la actual democracia..

El transpaso de la dictadura a la democracia vino acompañado e incentivado por una amplia movilización por las libertades que se caracterizó por un ejercicio masivo de conciencia democrática que implicó a amplios sectores y que dejó su impronta positiva en nuestra sociedad. No en vano, en este país, se ha pasado estar en la cola en materia de derechos sociales y democráticos, a ser pionero en el desarrollo de nuevos derechos y de esos logros no está exenta la impronta proporcionada por el arraigo que posee en considerables sectores de la población la cultura democrática.

Pero, el pasado pesa de manera diversa y contradictoria. El desarrollo de la democracia trajo, con su asentamiento, la desactivación de los elementos de participación social y política y un cierto relajamiento de la tradición cívica y democrática. Y, en consecuencia, una nueva ola despolitizadora que algunos autores, como Manuel Vázquez Montalbán, denominaron, en la década de los ochenta del siglo pasado, el desencanto se fue abriendo paso paulatinamente en la metida que el PSOE se iba afianzando en las instituciones y se abría paso a una ola corrupta que arrastro al primer socialismo de la democracia acabando con buena parte de sus núcleos dirigentes que han dado paso a un segundo socialismo que se desarrolla alejándose de las prácticas irregulares cuyos últimos coletazos, tal vez, fueran los escándalos de la Comunidad de Madrid que facilitaron el paso a una presencia mayoritaria del Partido Popular en las instituciones madrileñas.

Por su parte, la derecha popular ha desarrollado de manera ininterrumpida, sin cesura, una práctica adocenada de la política que le ha hecho derivar hacia un estado de latente descomposición en algunas comunidades que, como en el caso de Baleares, su poderío político se ha desplegado durante un largo lapso temporal. De tal manera que el poder y la derecha han ido formando un binomio que ha pesado durante décadas y que ha facilitado una patrimonialización de las instituciones y el surgimiento de la actividad política como fuente de lucro.

En general, tras la Transición, hubo un fuerte retraimiento de la participación ciudadana y la labor política se mostró especialmente vinculada al ejercicio del poder institucional. El objetivo permanente y obsesivo en asumir cuotas de poder, en un marco desmovilizador y relajado, ha permitido que la función política siga desarrollando su elemento más perverso: la utilización del poder político para el enriquecimiento o el interés particular, lo que no deja de ser una forma más de delincuencia y un indicador de la presencia de una preocupante desestructuración moral ya que no tiene más finalidad que estafar al colectivo de ciudadanos.

De hecho, gran parte de los políticos, especialmente entre la derecha, continúan siendo herederos directos de aquellos no-políticos del antiguo régimen. No creo, sinceramente, que la señora Ordinas o don Rodrigo den el perfil de político como tampoco lo dan muchos otros. Son la pura imagen de un amplio sector de la sociedad profundamente despolitizado y despreocupado de la cosa pública. No, que no se metan en política. Para meterse en política hace falta una vocación de servicio público. Y ellos no poseen esa intención, de hecho no saben ni quieren saber nada de política. Entonces, ¿con qué intención ocupan cargos políticos en las instituciones? ¿a cuento de qué son nombrados o presentados?. Muy probablemente la única respuesta se encuentre en los sumarios instruidos por los jueces en los casos de corrupción.

Pep Vílchez
Octubre 2008

El Bloc i el seu futur: temps per a la reflexió

Dues de les formacions polítiques medul·lars del denominat “Bloc per Mallorca” -el Partit Socialista de Mallorca i Esquerra Unida- tenen davant seu la prompte realització de sengles processos congresuals. Ambdues organitzacions es plantegen en les seves respectives assemblees sobiranes les seves perspectives i, conseqüentment, el disseny del futur de les seves organitzacions; la seva cohesió estratègica i la pròpia consistència del seu projecte.

Donada la importància que tenen les deliberacions i acords que es puguin adoptar en aquests encontres -especialment per allò que puguin repercutir en el futur del mapa polític de la nostra illa-, té cert interès prestar atenció a allò que s’hi debati amb especial esment cap als efectes que se’n puguin derivar; encara que sigui només per la seva repercussió en la governabilitat de les institucions més importants de les Balears on la seva presència i vot és determinant ara i, presumiblement, en el futur, en la perspectiva dels comicis municipals i autonòmics del 2011 o, -qui ho sap?-, davant la possibilitat d’una anticipació electoral.

Les passades eleccions autonòmiques i municipals varen tenir un efecte agredolç per als defensors de l’opció “bloquista” inspirada en la idea de la reagrupació de les formacions d’esquerra que la conformen. Agres conseqüències d’uns resultats electorals molt limitats -especialment a Palma- i dolça perquè foren suficients per possibilitar desbancar la sempiterna dreta insular i obrir les portes als progressistes per endinsar-se en els punts de decisió des dels quals es regeixen els destins de la nostra comunitat.

Així les coses, les passades eleccions generals mostraren la feblesa del pacte del quatripartit progressista que va optar per desenvolupar una nova política d’aliances que va suposar una greu distorsió marcada per un fracàs electoral rotund. Ni Esquerra Unida, coaligada amb Els Verds, ni el Partit Socialista de Mallorca coaligat aquesta vegada amb Unió Mallorquina en companyia d’Esquerra Republicana i els escindits ex pesemeros d’Entesa per Mallorca, no obtingueren resultats electorals acceptables essent aquests tan esquàlids, que el resultat de la suma de tots els vots obtinguts per ambdues coalicions fou inferior a aquells obtinguts pel “Bloc per Mallorca” a les anteriors eleccions municipals i autonòmiques.

Finalment, el sonat fracàs de les vies alternatives al Bloc per Mallorca, va tornar a situar a les formacions originàries d’aquesta agrupació en la via de reconsiderar les seves estratègies i redissenyar, de nou, l’opció “blocaire” com a pura coalició a la carta per a les confrontacions electorals del 2011.

És clar que una nova reformulació no està exempta de cost polític i que aquell entusiasme que en el seu moment va generar el reagrupament de l’esquerra progressista i nacionalista s’ha anat descomponent, perdent credibilitat la proposta unitària com a conseqüència de les bandades, contradiccions i el tacticisme emprès per les dubitatives direccions polítiques, la qual cosa ha contribuït a desfigurar els continguts estratègics del Bloc i, per tant, a la pèrdua de part del seu atractiu.

Ara, des de la humilitat i la sinceritat, s’haurà d’intentar tornar a situar a la perspectiva immediata la reconstrucció de la política unitària per arribar a les futures confrontacions electorals en possessió d’una oferta electoral que es presenti davant l’electorat com una proposta sensata, cohesionada i amb capacitat per tornar a generar adhessions i il·lusions. Tal volta el treball, en gran part positiu, realizat des de les institucions pels representants dels partits coaligats, ajudi a recomposar allò que no s’hauria d’haver romput.

Difícil camí a recórrer ja que, per unes formacions ensinistrades en la lletra grossa de la discrepància que determina la recerca frenètica de la diferència, quan allò que realment es necessita és una permanent identificació de denominadors comuns que donin solvència als acords per evitar que aquests siguin una pura estratègia de repartiment de poder.

Identificar coincidències, situar en el seu punt just les discrepàncies i acceptar que queda molt de cami per recórrer des de la perspectiva d’una política unitària, podria donar com a resultat persistir en aquest gir històric que la nostra comunitat requereix per equilibrar el seu futur sobre la base d’un respecte estricte als nostres valors culturals i ecològics i, de manera destacada, per a potenciar el desenvolupament d’una ètica política fonamentada en criteris aliens a la corrupció per obrir una sostenida regeneració de la vida política en la qual, aquestes formacions, estan cridades a jugar un paper important juntament als seus socis de govern, desenvolupant ambdós – el Bloc i el PSIB-PSOE-, la lleialtat al civisme polític que el país necessita.


Pep Vílchez és membre independent del Comitè d´Enllaç d´Esquerra Unida – Els Verds de Mallorca
Octubre/2008

La Ley del Silencio

Como si de un manantial interminable se tratara, los casos de corrupción parecen no tener fin en Mallorca. Un nuevo escándalo por presunta malversación de fondos públicos vuelve a situar en el candelero público a nuestra comunidad que pasa a ocupar espacio destacado en los titulares de la prensa estatal y en los informativos de radio y televisión. En esta ocasión nos sirven el lamentable espectáculo acólitos de las Nuevas Generaciones del PP, cachorros adiestrados en el hampa de guante blanco.

El caso del Consorcio Turismo Joven nos ofrece los datos de un entramado que, una vez acoplado al puzzle de la corrupción insular, nos da la imagen de una de las zonas del inmenso territorio corrupto. Las teselas del mosaico que la Fiscalía Anticorrupción va colocando en el tablero nos muestran la faz del perverso juego al que prestaban su dedicación buena parte de los cargos públicos del Partido Popular cuando ostentaron su hegemonía en las instituciones públicas de nuestras islas.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? ¿Cual es el contexto que ha dado cobijo a un escenario tan escandaloso? Por supuesto que una respuesta ponderada merece una visión panorámica y un diagnóstico de las causas que posibilitan los males que la corrupción lleva implícita. A bote pronto, una de las respuestas y, no la única, que puede alumbrar las incógnitas planteadas nos la ofrece la propia actitud de los responsables políticos de los desaguisados.

Un denominador común aúna las respuestas de los políticos que se han visto implicados en los casos de corrupción hasta ahora conocidos: todos desconocían lo que ocurría más allá de sus despachos. Ni la ex alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, sabía de las cuitas de Rodrigo de Santos, ni la ex consellera de Obras Públicas, Mabel Cabrer conocía los manejos de Massot & Hidalgo, ni la ex consellera de Presidencia y Deportes, Rosa Puig, estaba al corriente de lo que ocurría entre sus subordinados en el Consorcio Turismo Joven.

Como guinda de lo anteriormente comentado, podemos citar las declaraciones del ex conseller ibicenco, Juan José Cardona, quien preguntado explícitamente por Diario de Mallorca -07/08/08-, sobre si fue él o el propio Matas quién nombró a Antònia Ordinas – implicada en un caso de presunta malversación de fondos públicos - para el puesto de gerente del Consorcio para el Desarrollo económico de Balears (CDEIB) respondió con evasivas y repitió en dos ocasiones "ahora mismo no lo sé decir, no me acuerdo"..

Si los otros no sabían, mucho menos debía saber el ex President, Jaume Matas, ignorante de las anomalías bitelianas, protagonizadas por su protector, Damià Vidal y de todas y cada una de las irregularidades cometidas bajo su mandato. Todo sucedió sin que el máximo responsable político se percatara de ello ya que como más alto se vuela menos se vislumbra lo que sucede en los bajos fondos del precipicio.

Si, como parece, nadie estaba al corriente de nada, es lícito preguntarse ¿a qué dedicaban el tiempo los que, precisamente, cobraban por saber lo que hacían sus subordinados? Difícil de aceptar esa amnesia que aísla a los cargos políticos de las fechorías de sus sumisos colocados. Difícil creer que no sabían. Más creíble es considerar que todos ellos estaban -¿están?- bajo el dominio de la ley del silencio.

Es altamente verosímil la sospecha de que una actitud pasiva, no exenta de complacencia o de complicidad explícita o tácita, de los responsables políticos del Partido Popular Balear ha favorecido el entorno climático en el que la corrupción vive y se desarrolla.

Desde aquellos tiempos en que el President del Govern de la Comunitat Autónoma, Gabriel Cañellas, se vio acusado de irregularidades por su participación en las empresas constructoras Zeus y Torcal, que habían prestado servicios al ejecutivo bajo su presidencia por un importe de 17 millones de pesetas, desde que el Tribunal Superior de Justicia de las Baleares probó la comisión de delito – no punible por haber prescrito – en el caso de las comisiones ilegales en el escándalo del Túnel de Sóller, han pasado algunos años, pero, sin duda, existe un hilo conductor que descubre la actitud poco ética de los que desde aquellos barros han llegado hasta estos lodos.

No en vano, Jaime Matas, - el Ausente - , ante la derrota electoral, se las vio venir y se abrió hacia el continente americano - tierra de promisión para los aventureros tenaces-, y, desde su plácida lejanía, nos observa complacido en su ausencia.

Pep Vílchez
28/08/2008

Paco García y la lucha sindical en Mallorca

La ausencia de libertades democráticas durante el periodo franquista afectó de manera especialmente dura a trabajadores y trabajadoras, al mundo del trabajo. Derechos inherentes a la propia existencia de una sociedad democrática fueron negados y perseguidos durante la dictadura. Los asalariados, los trabajadores de toda condición, no poseían entonces instrumentos fundamentales para la defensa de sus intereses individuales y colectivos.

Los derechos, universalmente reconocidos, de asociación, expresión, reunión, huelga y manifestación estuvieron secuestrados durante décadas por el régimen del general Franco quien ilegalizó las centrales sindicales históricas – CNT y UGT – prohibiendo y persiguiendo la actividad sindical. La lucha por la libertad tuvo en España, durante la dictadura, un componente esencial de reivindicación sindical y laboral. No en vano fue el movimiento sindical, la movilización de los trabajadores, quien jugó un papel determinante en la recuperación de las libertades en los años de la Transición hacia la democracia.

11 de junio de 1977: Acto de constitución del Sindicato del Transporte, por el Secretariado de CC.OO. acuden: Manuel Cámara y Paco García, el acto contó con la presencia de Pedro Bravo Secretario General del Sindicato Estatal del Transporte


Durante el franquismo la férrea persecución a las que se vieron sometidas las centrales sindicales tradicionales determinó la aparición de nuevas formas de acción sindical que se mostraron como un verdadero reto ante el prohibicionismo existente. Así, en la década de los años sesenta, de manera espontánea, aparecieron - inicialmente entre la minería asturiana - novedosas experiencias de reivindicación laboral y sindical. Las reivindicaciones laborales se vehicularon a través de unas comisiones de obreros elegidas por los trabajadores que ejemplarizaron formas activas de representación con carácter puntual, ya que una vez conseguidos los objetivos, o parte de ellos, su tendencia era a la disolución sin llegar a poseer continuidad a través de estructuras estables.

De esa experiencia nacieron las Comisiones Obreras –CCOO- que se conformaron como un movimiento sindical de carácter sociopolítico sin llegar a ser estructuras clásicas de sindicato. Una de las tácticas utilizadas por ese movimiento fue el aprovechamiento de los resquicios legales que el franquismo podía ofrecer a través de las estructuras del sindicato único denominado CNS (Central Nacional Sindicalista), es decir, los denominados sindicatos verticales donde coincidían en una sola entidad asalariados y empresarios.

En 1975, aún en vida del dictador, se celebraron elecciones para enlaces sindicales convocadas por los sindicatos verticales en las cuales participaron, en todo el Estado, miembros de las Comisiones Obreras consiguiendo sus candidatos éxitos de representación de gran relevancia. Mallorca no fue una excepción ya que aquí se logró una importante presencia en sectores como Hostelería, Construcción y Artes Gráficas que dieron como fruto una destacada actividad de los miembros de las Comisiones Obreras en las estructuras del sindicato único acelerando el objetivo de dinamitar el verticalismo oficial desde sus propias entrañas.

Precisamente, en el sector de las Artes Gráficas el artífice principal fue un hombre, recientemente fallecido, que estaba destinado a jugar un papel sumamente destacado en la creación y desarrollo de la Comisiones Obreras como central sindical. Me refiero a Paco García. Su labor desde la secretaria de organización fue de gran importancia en un período de inicio y acumulación de experiencias en el desarrollo organizativo del nuevo sindicalismo democrático.

La actitud obstruccionista sostenida por una parte de la patronal balear propiciaron unas condiciones de extrema dureza para el desarrollo de la acción sindical. Los inicios del desarrollo de las nuevas libertades consagradas por la Constitución democrática de 1978 no estuvieron exentos de grandes dificultades para la implantación y desarrollo de la acción sindical.

La ausencia de prácticas sindicales democráticas en el seno de las empresas dificultó enormemente la entrada de la democracia en el ámbito laboral, lo cual significó una remarcable distorsión en los inicios del sindicalismo democrático, allá por los años setenta y ochenta.

Sin la dedicación y energía de muchos sindicalistas, el perfil reivindicativo y de clase del sindicalismo balear hubiera poseído menor éxito e implantación. Ciertamente, la lucha implicó un considerable esfuerzo de gran dureza que tuvo que contar con persistencia y capacidad organizativa.

En primer plano Paco Garcia, en la Fiesta del PCE en la década de los años 80, comparte compañia: Gerardo Iglesias, Dolores Ibárruri Pasionaria, Irene Falcón, Simón Sánchez Montero y Santiago Álvarez


La respuesta de una acción decidida y sostenida de sindicalistas como Paco García supuso una aportación inestimable en la lucha por el adecentamiento de las condiciones de trabajo y los derechos sindicales de las trabajadoras y los trabajadores de nuestras islas.

Víctima de la mezquindad de algunos, Paco García abandonó el sindicato que ayudó a crear -la Confederación Sindical de Comisiones Obreras- incorporándose a la Unión General de Trabajadores que le dio cobijo y hospitalidad en su labor reafirmando el valor sindical de un hombre entregado a la causa de los trabajadores.

El que fuera teniente de Alcalde del primer consistorio democrático de Palma, Francisco García Olivares - Paco García - falleció el 1 de agosto en su domicilio tras una penosa enfermedad respiratoria. Descanse en paz.

Palma, 14 de agosto 2008

Pep Vílchez, fue militante de las Comisiones Obreras durante la dictadura franquista y confundador de la Confederación Sindical de CCOO en 1976.