El lado oscuro

Como colofón de la serie de desaires protagonizados por el Partido Popular de Baleares ante las reiteradas solicitudes de reconocimiento y homenaje hacia las víctimas de la represión ejercida durante la Guerra Civil y en el largo y oscuro período de dictadura franquista, el pasado 7 de noviembre, en el Parlament Balear, los populares se situaron de nuevo al margen del devenir democrático que se abrió con la derrota de la extrema derecha europea, tras la II Guerra Mundial, al impedir la realización de un homenaje público a las víctimas del franquismo

Probablemente, una buena parte de los diputados regionales del PP poco deben saber del tema y del profundo calado que posee para la salud cívica y democrática de nuestros conciudadanos, especialmente para las jóvenes generaciones. Su actitud denota una ausencia de generosidad incalificable al oponerse a un acto pleno de justicia. Sin ir más lejos, me temo, por ejemplo, que de los hechos de Octubre de 1934, sus conocimientos – avalados por “algún que otro bachiller” – no deben ir más allá de la repetición de la fecha. Pero la consigna es la consigna.

El resumen de todo lo acontecido a lo largo de este año conmemorativo del 75 aniversario de la proclamación de la República y el 70 del golpe militar franquista en nuestra isla nos muestra un bochornoso comportamiento de la derecha popular, cada vez más extrema, lo que, en mi opinión, debería hacer sonrojar el ánimo – y el alma, los que la posean – de todo demócrata que se precie.

El franquismo, durante décadas, ensalzó a sus víctimas. Las calles y plazas de toda España se vieron inundadas de referencias a soldados, tenientes, capitanes y generales, así como de otros personajes de perfil fascista cuyos vestigios aún perduran en nuestro callejero. Un reguero de monumentos de estética fascistizante ocupó numerosos espacios públicos. Las iglesias rotularon sus muros con alusiones a los caídos y a Jose Antonio Primo de Rivera. Persistente y machaconamente se vilipendió a los vencidos y se homenajeó a los vencedores en actos que ocuparon señaladas fechas del calendario y, como rúbrica, se construyó, con el esfuerzo y padecimiento de presos políticos republicanos, el monumental recinto del Valle de los Caídos.

Por desgracia, es preciso reiterar de nuevo, que, pese a quien pese, la democracia, hija de los que sucumbieron y padecieron en su defensa, tiene una deuda de reconocimiento hacia los luchadores por la libertad y, de manera señalada, hacia los que dieron su vida, sufrieron cárcel, exilio, torturas y desprecio.

Sería oportuno, pues, que los miembros del Partido Popular Balear, tuvieran conciencia de que la resistencia a condenar la peor calamidad que han conocido los pueblos del mundo, ­el nazi-fascismo, del cual el franquismo no fue más que una variante-, les sitúa, voluntaria y tozudamente, en el lado oscuro de la historia.

Diario de Mallorca
08/11/06