En 1979 el PCE celebró el IX Congreso en Madrid – el primero celebrado de manera legal en España desde la finalización de la contienda civil. Entre los invitados extranjeros se encontraba Arthur London antiguo miembro de las Brigadas Internacionales. Le recuerdo de entre los asistentes con su corpórea figura apuntalada por dos largas varas a modo de muletas que ayudaban a dar verticalidad a su figura. Ignasi Ribas se acercó a él y le saludó de forma efusiva. A continuación ambos, él y yo, comentamos con cierto orgullo la importancia de la presencia de London en un congreso comunista. En 1970 Costa-Gavras había dirigido la película “La confesión” – L’aveu – cuyo guión se basó en el testimonio de London víctima de las feroces purgas del régimen estalinista checoslovaco . La censura franquista había permitido la proyección de ésta película – aunque no autorizó “Z ” dirigida por el mismo director y que trataba de la dictadura de los coroneles griegos.
Precisamente una de las señas de identidad del PCE en los años 70, fue su rotunda oposición a la invasión soviética que puso fin a la Primavera de Praga y a la experiencia de socialismo democrático del gobierno de Alexander Dubcek. El eurocomunismo llevaba implícito un rotunda condena al estalinismo y la convicción – que luego resulto no ser tan general como parecía – de que democracia y socialismo debían formar un binomio inseparable. El estalinismo ha sido y, por desgracia, en muchos lugares todavía es, una de las lacras de nuestro tiempo y esta afirmación no tiene paliativos.
Desde ésta convicción quería realizar una serie puntualizaciones al escrito de Eduardo Jordá publicado en Cartas al Director (DM 22.04.2005).
a) El hecho de que Jordá coincida con determinadas apreciaciones sobre el origen de la Guerra Civil con las interpretaciones sostenidas por Moa y otros “historiadores” de querencia franquista no incluye ningún tipo de correspondencia entre estos y Jordá al cual manifiesto mi respeto y mi indudable convicción de que es un hombre de bien y demócrata de toda la vida.
b) El primer atentado contra la República lo realizó en 1932 el general Sanjurjo con un intento de sublevación militar que fracasó y le costó el exilio. El mismo sería la cabeza jerárquica de la sublevación de julio de 1936 que sólo un accidente aéreo que le costó la vida le impidió capitanear.
c) La sublevación asturiana, así como la rebelión institucional de la Generalitat catalana presidida por Lluis Companys, de octubre de 1934 fueron una reacción a la entrada en el gobierno radical de Alejandro Lerroux de tres ministros de la CEDA. En la época Gil Robles encarnaba la imagen política del totalitarismo europeo. En 1933 Hindenburg había nombrado canciller a Hitler el cual a reglón seguido disolvió el Reichstag y fulminó las libertades del pueblo alemán y a través de esa “revolución legal” accedió a instaurar el sistema nacional-socialista que puso fin a la República de Weimar. En febrero de 1934 el canciller austriaco Dollfus - católico conservador – puso fuera de la ley al partido comunista, aniquiló la socialdemocracia y se aproximó cada vez más al totalitarismo fascista. En Italia, desde 1923 Mussolini había acabado con el estado de derecho e instaurado la dictadura del fascio. Si a la revolución asturiana la despojamos de su contexto no seríamos capaces de entender nada de nada.
d) El asesinato de Calvo Sotelo, aunque ciertamente fue realizado por elementos de la guardia de asalto, fue precedido por el asesinato del teniente José Castillo oficial de este cuerpo y sólo tiene explicación que no justificación en este contexto. El gobierno de la República, en ningún caso, ni permitió ni excuso el asesinado del ex ministro de Hacienda del dictador general Miguel Primo de Rivera.
e) Me parece una injusticia la actitud despreciativa hacia el que fue presidente del gobierno de la República española desde mayo 1937 don Juan Negrin. Sobre el particular es muy recomendable la lectura de un excelente trabajo biográfico realizado por el catedrático de Historia Contemporánea Ricardo Miralles titulado Juan Negrin. La República en guerra (Madrid, 2003).
f) Conozco la obra de Jorge Orwell así como la visión cinematográfica del director Ken Loach basada en la obra “Homenaje a Cataluña” y titulada “Tierra y Libertad”. Los denominados “hechos de mayo” de 1937 en Barcelona suponen uno de los capítulos más negros y reprochables del período de guerra de la República que, a su vez, provocaron la caída de Largo Caballero y su gobierno sindical y la formación del primer gobierno del doctor Negrin.
La época histórica con la que tuvo que bregar la República española no fue un camino de rosas pero fue el sistema republicano, como hoy es la monarquía democrática, el que sostuvo un entramado jurídico y político basado en un marco constitucional formalmente respetuoso con los derechos colectivos e individuales y fueron las fuerzas reaccionarias beneficiarias de la anterior dictadura primoriverista las que provocaron la liquidación de las libertades, la guerra civil, la represión y una dictadura personal de un general que no dejó de mandar hasta que su dios lo reclamó para mandarlo a los infiernos.
28 d'abril del 2005
Pep Vilchez